Lenta pero sin pausas avanza la idea de suspender las PASO nacionales del año que viene, una propuesta alentada principalmente desde el interior del país. Fueron los gobernadores del Frente de Todos quienes volvieron a lanzarla al ruedo -ya lo habían hecho en las últimas elecciones legislativas- y será un diputado de Somos Río Negro, una fuerza provincial que muchas veces vota junto al oficialismo, quien presentará en los próximos días el primer proyecto de ley con ese objetivo. Desde Juntos por el Cambio rechazan lo que definen como un cambio en las reglas electorales, pero en reserva admiten que es probable que el oficialismo consiga los votos y hacen planes parar organizar una interna a la vieja usanza. Tanto la Casa Rosada como el Instituto Patria se han mantenido, al momento, prescindentes en el debate.
Como sucedió en 2020, los gobernadores volvieron a instalar la idea con el argumento de no gastar dineros públicos en una elección que no despierta el interés de las mayorías, con la lógica de que debería ser solventada por los partidos políticos que necesitan resolver sus candidaturas. Un argumento poderoso para el consumo mediático, siempre crítico del gasto estatal, en especial cuando se trata de cuestiones políticas. El proyecto de Presupuesto estableció unos 56 mil millones de pesos para cuestiones electorales y un poco menos de la mitad correspondería para las PASO. En las razones políticas, no dichas, están que sin primarias los gobernadores e intendentes tienen más posibilidades de resolver las listas a su gusto.
Gobernadores de peso como el sanjuanino Sergio Uñac, el santiagueño Gerardo Zamora, el chaqueño Jorge Capitanich y el riojano Ricardo Quintela incluyeron la suspensión de las primarias como tema de conversación en sus reuniones políticas. Consiguieron un gran empujón cuando se les sumó el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, poco dado a acompañar cualquier iniciativa que surja desde el oficialismo.
Pero finalmente será un diputado de Río Negro, Luis Di Giácomo, quien presentará el primer proyecto, según adelantó. «Coyunturalmente a veces le convienen a un sector, a veces le conviene al otro, pero en definitiva importan un enorme gasto para el Estado», argumentó Di Giácomo, quien integra la fuerza política del senador Alberto Weretilneck y la gobernadora Arabella Carreras. Avisó que la propuesta será en estos días porque «hay que resolverlo este año». También en el Frente de Todos coincidían que definitivamente no se podía votar una modificación en las reglas electorales una vez iniciado 2023, con lo que debería tratarse en los escasos dos meses y pico que quedan de sesiones.
El Poder Ejecutivo no tiene una posición clara. Alberto Fernández le comentó el lunes pasado en Olivos a la mesa de la CGT que no estaba en sus planes suspender las PASO, algo que repiten en el Ministerio del Interior ante cada consulta. «Nosotros seguimos trabajando para cumplir con el cronograma previsto», responden en el despacho del ministro Eduardo «Wado» de Pedro. En cambio -se comenta en el oficialismo-, el jefe de Gabinete, Juan Manzur, y el ministro de Economía, Sergio Massa, se ubican entre los que alientan la suspensión. Manzur en su condición de jefe político en Tucumán y Massa porque entiende que los dos meses extra que le dejaría la suspensión de las PASO de agosto hasta las generales de octubre le dará más margen para bajar la inflación y acomodar la economía.
Se escucharon voces disonantes dentro del oficialismo. El titular de la AFI, Agustín Rossi, referente político del jefe del bloque de diputados del Frente de Todos, Germán Martínez, reiteró en El Destape Radio que las PASO eran » una buena herramienta» y que «en vez de suspenderlas nosotros tenemos que utilizarlas adecuadamente». En su postura debe influenciar lo que ocurre en Santa Fe, donde necesitan de las primarias para competir por las candidaturas con el sector del gobernador Omar Perotti. En el despacho de Martínez puntualizaban que su preocupación de estos días pasaba por conseguir los votos para votar el Presupuesto, que podrían complicarse si se interponía la discusión por la suspensión.
Otro rechazo sonoro fue el del diputado Leandro Santoro, que se plegó a la línea «institucionalista» de no cambiar las reglas. «No corresponde suspender las PASO para 2023, salvo que haya un acuerdo político de todas las fuerzas democráticas», viene sosteniendo. Es la misma idea que tendría el Presidente, aunque en su reciente viaje por Estados Unidos les dijo a los cronistas que era un debate «abierto», sin cerrar la puerta del todo.
«Hay una cosa que está clara: a nosotros nos conviene y a la oposición le genera un lío bárbaro. Y yo quiero ganar las elecciones, no me voy a atar a ninguna norma que me reste posibilidades», comentaba un diputado del Frente de Todos de buena llegada al Presidente y a Cristina Kirchner, que hasta ahora no manifestó opinión. Está claro que tiene otras urgencias que atender, pero también es evidente que sin primarias su opinión será decisiva para resolver las principales candidaturas, aún en caso que decidiera no ir por la presidencia.«Hay algunos que el kirchnerismo que tienen pruritos porque las PASO las creó Néstor, pero él haría lo necesario para ganar», agregaba el legislador. Una vez que ingrese el proyecto comenzará el rompecabezas para juntar los votos. Las posibilidades crecieron a partir del posicionamiento de los diputados cordobeses aunque luego los otros integrantes de ese interbloque -los socialistas rosarinos y los lavagnistas- salieron a desmarcarse.
Está la chance de que los libertarios de Javier Milei apoyen la suspensión. En público pueden decir que lo hacen para bajar un gasto innecesario del Estado, pero tienen un argumento político: las PASO siempre perjudicaron a las terceras fuerzas. Eso es porque entra en juego el «voto útil» y el elector opositor se termina concentrando en la opción con más posibilidades de triunfo. El FIT, en tanto, históricamente rechazó las primarias pero la diputada Romina del Plá en esta ocasión dijo que no acompañarían una suspensión porque «es especulativa». No quedaba claro si todo el bloque pensaba igual.
Hay un último elemento que tenía que ver con el viaje a Estados Unidos que realizaron los gobernadores del Norte Grande junto al ministro De Pedro. Durante una semana, allí convivieron militantes de la suspensión como Capitanich, Zamora y Quintela con el gobernador de Jujuy y titular de la UCR, Gerardo Morales. Indudablemente, el tema en algún momento debió formar parte de la conversación. Morales hasta ahora se plegó a la posición mayoritaria de Juntos por el Cambio de mantener las PASO como forma de resolver su explosiva interna, con varios candidatos presidenciales, a gobernador y a jefe de gobierno. Sin embargo, al radicalismo podría resultar atractivo una primaria a la vieja usanza, en las que el aparato partidario tenga mayor peso en las urnas. Lo complicado es cómo podría presentar eso Morales públicamente. Cuestiones que se irán resolviendo en los próximos días.
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