El caso de Lola surgió a partir de una denuncia de maltrato animal contra el propietario de la finca donde fue rescatado el animal, pero según consta en el fallo posteriormente se desestimó la comisión de ese delito al constatar que se encontraba en buenas condiciones de salud y mantenimiento. Por lo tanto el expediente continuó «por la tenencia irregular o ilegal del ejemplar».
El pedido del fiscal por el derecho al ser sintiente
El fiscal Rolero Santurián fue quien solicitó que se declare sujeto de derecho al ser sintiente a Lola y que e «disponga su libertad total, libre de cualquier medida o restricción legal, disponiéndose su custodia judicial definitiva en cabeza del Ecoparque Interactivo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires», a lo que Cavaliere hizo lugar.
El fallo se enmarcó en lo que se denomina Derecho animal que tiene como objetivo «salvaguardar el respeto a la vida, la libertad y dignidad de los seres sintientes no humanos» sobre la base de la Declaración Universal de los Derechos de los Animales de 1977.
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