Un delincuente le cortó el dedo a una mujer de 67 años con un cuchillo para robarle un anillo de oro. El sospechoso, de quien la policía local aún no tiene pistas, fingió estar interesado en un departamento que la víctima buscaba alquilar, en pleno centro de esta capital.
El hecho ocurrió el miércoles último, cerca de las 13.30 en el edificio de San Juan 685, a cuatro cuadras de la plaza Independencia. Cuando se produjo el ataque, la mujer le estaba mostrando el departamento que tenía para alquilar al sospechoso, que la empujó, la golpeó en reiteradas oportunidades y le cortó el dedo anular izquierdo con un cuchillo de cocina tipo Tramontina para robarle un anillo de oro. La víctima, identificada como Alicia Villagrán de Miranda, se recupera del violento ataque en un sanatorio privado, donde le realizaron una cirugía de reimplante óseo para poder injertarle el dedo. Además, recibió atención por múltiples golpes en distintas partes del cuerpo y un fuerte traumatismo encefalocraneano como consecuencia de la golpiza que le propinó el delincuente, quien también le arrebató la cartera antes de huir sin dejar pistas. La víctima describió a la policía que la persona que la atacó es «un hombre joven, de unos 30 años, alto, delgado y morocho», revelaron fuentes del caso.
Noemí Correa, vecina del séptimo piso del edificio donde se produjo el ataque, fue quien auxilió a Villagrán de Miranda y llamó al 911. «La señora golpeó nuestra puerta como a las 14.30. Nos dijo que la habían asaltado. Estaba con el rostro totalmente desfigurado, con sangre en la cabeza y con la mano ensangrentada. Fue horrible», describió la mujer, quien, al igual que otros vecinos, aseguró que no escucharon gritos y no vieron entrar ni salir a ningún sospechoso del edificio, que no cuenta con cámaras de seguridad.
El encargado del inmueble, Ramón Ibarra, contó que su horario laboral es de 8 a 13 y de 17 a 20, por lo que a la hora del ataque no había nadie en la recepción. Además, personas que viven en el edificio consultadas por LA NACION señalaron que en ese horario hay muy poca actividad en los pasillos y el hall del edificio, sobre todo en vacaciones.
Los investigadores del caso creen que el ladrón, quien se comunicó telefónicamente con la víctima y con quien acordó el día y horario para visitar el departamento en alquiler, también conocía detalles precisos sobre el movimiento del edificio.
La causa está en manos de la fiscal Marta Mariana Rivadeneira y se supo que, según el informe forense, el ladrón le serruchó el dedo a la víctima y lo arrojó en uno de los dormitorios del departamento antes de escapar.
Según informó el diario local La Gaceta, la policía está analizando los registros de las cámaras de seguridad instaladas en la zona donde está ubicado el edificio para tratar de individualizar el ingreso y escape del sospechoso.
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