Juan Pablo Meaca, funcionario a cargo del organismo de control del cumplimiento de los derechos de los niños, recordó que “los responsables del lugar físico son ellos”, en referencia a la comuna.
La semana pasada, se produjo en ese edificio la muerte de Pablo Damián Bruno, de doce años de edad. La madre contó que el chico era aficionado al parkour, una disciplina que consiste en desplazarse acrobáticamente por paredes, tapiales y distintos obstáculos presentes en el entorno urbano.
De acuerdo a lo que se conoció, el chico estaba colgado de una cornisa y uno de los encargados del predio le había advertido que se bajara, pero hizo caso omiso. Cuando el hombre fue a subir para volver a advertirle, escuchó el ruido del impacto de la caída. El menor llegó al lugar solo, en una bicicleta playera de color azul que había dejado atada con cadena en las inmediaciones.
El defensor de la Niñez y Adolescencia explicó que al Molino “los chicos lo ven atrayente para jugar y realizar actividades, juntarse, investigarlo”. Por eso mismo se hicieron advertencias a la comuna, para que tenga en cuenta “cuestiones relativas a la seguridad. Siempre hay que tener en cuenta que los chicos tienen un manejo del peligro distinto al que maneja un adulto. Entonces, le hemos pedido que lo cerquen y que impidan el ingreso, porque ellos son los responsables de lo que sucede en ese espacio físico”.
Meaca aclaró que “nadie se ha acercado a hacer ninguna presentación”, pero señaló que “cuando suceden casos que son de público conocimiento, solemos hacer algunos escritos a los organismos que intervienen, marcándoles alguna cuestión. Al margen de las presentaciones particulares, obramos de oficio”.
También consideró que “hay que mirar el futuro y no quedarnos en lo que pasó. Es un lugar con serias deficiencias de estabilidad por el paso del tiempo y como consecuencia de estar abandonado”.
Fuente: ElDiarioDeLaPampa.com.ar
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