«Las cosas no ocurren por casualidad. Dicen que tenemos que definir una política de alianzas ahora, en realidad estos riesgos no existían porque el Frente Amplio era una fuerza grande», dijo Alfonsín a radio América.
En ese sentido, señaló que «muchos dejaron hacer y dejaron pasar, nunca estuve en la estrategia del deterioro del Frente Amplio. Hubo discusiones en los medios, que no era el lugar donde se tenían que hacer y esto debilitó más el partido. Después perdimos apoyo y empezamos a desorientar a la gente».
«Nos hundieron el barco y ahora nos hacen pasar a otro barco, nadie me va a hacer creer que nadie hundió el barco. No me van a hacer creer que es mejor ser vagón de cola del PRO».
Agregó que «lamento que tengamos que estar pensando en concejales e intendentes en lugar del Presidente. Espero que se pueda debatir con respeto y altura para ver que posición es la mejor».
Al mencionar la propuesta de alianzas de Sanz, indicó: «No tengo nada con Mauricio Macri personalmente, pero pensamos y representamos cosas diferentes. El PRO tiene una opinión negativa de la UCR».
«Macri habla de las banderas del peronismo, pero hay que ver de qué peronismo habla, del menemismo seguro», dijo el dirigente radical.
Agregó que «Sanz plantea este acercamiento como estrategia de sobrevivencia, no le parecerá mal que gobierne el PRO».
En ese sentido, en otras declaraciones radiales, Alfonsín afirmó, a raíz de estos planteos que lo que primará en la Convención Nacional de la UCR será «un espíritu de sobrevivencia».
«Sanz nos dice que debemos ir con el PRO para no perder o para ingresar más concejales, intendentes o gobernadores radicales. Pero Sanz no cuenta toda la película», dijo el dirigente radical en declaraciones radiales.
Sostuvo que «desde 2001 hasta el 2013, la UCR enfrentó las elecciones con estrategias que podríamos llamar de sobrevivencia: procurábamos no perder espacios en las instancias institucionales de poder, legislativos o ejecutivos».
«A diferencia de las elecciones anteriores, en las del 2013, pusimos en marcha una estrategia de poder. En ellas, el Frente Amplio salió segundo a nivel nacional, y, hasta hace no mucho, era una de las fuerzas con más chances de estar en la segunda vuelta», remarcó.
Sin embargo, dijo que «contra lo que cabía suponer, desde el interior mismo del Frente Amplio, se dedicaron a malograrlo. Y lo consiguieron, y con ello llevaron al radicalismo otra vez a una situación de debilidad electoral. Otra vez lo central pasó a ser evitar perder representación legislativa o ejecutiva. Este espíritu de sobrevivencia lamentablemente será el que reinará en la Convención Nacional».
Al respecto, dijo que «acataré lo que decida mi partido, pero nadie conseguirá convencerme de que a esta situación llegamos de casualidad, ni que es mejor ser furgón de cola del PRO, que locomotora del Frente Amplio o que es mejor ganar con el Pro que con el Frente Amplio».
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