La extensa experiencia como policía del suboficial principal Gustavo Fernández, a cargo del Puesto Caminero Ingeniero Foster dependiente de la Departamental Caleufú, permitió la rápida recuperación de un productor rural afectado por la mordedura de una serpiente. El episodio que lo tuvo como protagonista al funcionario ocurrió el miércoles pasado, a las 11:30, cuando debió concurrir al predio rural ‘El Dolorido’, distante a 7 kilómetros del Puesto, al ser alertado sobre un productor rural que había padecido la mordedura de una serpiente en una mano, puntualmente en una de las falanges.
Fernández pudo determinar que se trataba de una yarará chica, de unos 40 centímetros de largo, la que había asestado una mordedura en la mano a un hombre de 50 años de apellido Lavigne, que en ese momento se hallaba desempeñando tareas de rutina en el establecimiento rural. Según contara a la Policía, el reptil se hallaba debajo del enganche de una maquinaria y saltó directamente a la mano aplicando una mordedura en un dedo. El suceso ocurrió alrededor de las 9:00 y en primera instancia, Lavigne le dio relativa importancia a la mordedura.
Pero con el transcurrir del tiempo comenzó a sentir el adormecimiento de la mano primero y el brazo después. Ahí decidió convocar a la fuerza policial activando la participación del encargado del Puesto. Fernández no perdió tiempo, al ver el carácter de la lesión aplicó los conocimientos adquiridos a través de distintas capacitaciones propuestas por la fuerza y decidió el inmediato acompañamiento policial al Centro Asistencial Gobernador Centeno, mientras, en pleno viaje, se instruía sobre las medidas preventivas específicas. La víctima viajó acompañada por su hijo adolescente al nosocomio público piquense, y fue atendido con los antídotos correspondientes alrededor de las 13:00 del miércoles. Recibió el alta en horas de la tarde del mismo día y regresó inmediatamente al establecimiento rural donde continúa su recuperación.
Jefes de la Unidad Regional II elogiaron ayer la acción del policía destacado en el Puesto, y agregaron que se trata de un efectivo de 20 años de trayectoria y con excelente desempeño durante su estadía en General Pico. Además, dieron cuenta que este tipo de reacciones positivas son producto de las instrucciones recibidas en los distintos cursos encarados por la Policía de La Pampa en los cuales, además, se capacita para enfrentar contingencias de esta naturaleza en lugares inhóspitos de la provincia.
Estudios
La mordedura de la “yarará chica” es igual de tóxica en las distintas provincias de la Argentina. Tras analizar muestras de veneno de la serpiente de Misiones, Entre Ríos, Formosa, Córdoba y Catamarca, un equipo de investigadores de la Universidad de Buenos Aires y el Ministerio de Salud demostró que tienen características y potencias tóxicas muy similares. Según la Agencia Ciencia y Tecnología Argentina y el Instituto Leloir, el veneno de una de las principales serpientes responsables de mordeduras en el país, la yarará chica, presenta similar toxicidad aunque los ofidios provengan de provincias distintas. Así lo comprobaron investigadores de la Facultad de Medicina de la UBA y del Ministerio de Salud de la Nación, quienes así concluyeron que no hace falta desarrollar antivenenos específicos para las distintas regiones.
Un estudio previo publicado en la revista científica Toxicon había demostrado variaciones tóxicas y bioquímicas en el veneno de la serpiente yarará grande (Bothrops alternatus), que se ha localizado en distintas provincias, desde <BF>La Pampa<XB> hasta el norte de Argentina.
Los investigadores pensaban que con la yarará chica (Bothrops diporus), muy distribuida en la superficie del país, podía ocurrir un fenómeno similar. “Pero sucedió lo contrario”, afirmó a la Agencia CyTA el doctor Adolfo Rafael de Roodt, responsable del Laboratorio de Toxinopatología del Centro de Patología Experimental y Aplicada de la UBA. “Los venenos de las diferentes regiones (Misiones, Entre Ríos, Formosa, Córdoba y Catamarca) mostraron características y potencias tóxicas muy similares, con pocas diferencias cuali y cuantitativas respecto a las esperadas”.
El estudio también confirmó que “el tipo de antiveneno que se utiliza regularmente es eficiente para neutralizar todas las actividades tóxicas examinadas”, subrayó De Roodt. El veneno de las serpientes del género Bothrops, que en más del 70 por ciento de los casos atacan las piernas, puede provocar desde inflamación hasta ampollas sanguinolentas y necrosis. “Pueden ser de una gravedad tal que sin tratamiento puede llegar a perderse el miembro mordido”, explicó De Roodt. “Por otra parte, el veneno posee componentes que pueden provocar hipotensión (en algunos casos mortal) y hemorragias internas.”
No obstante, el investigador de la UBA indicó que si se recibe el tratamiento adecuado en tiempo y en forma, los daños son mínimos y la probabilidad de muerte “es bajísima”. En el estudio, De Roodt y sus colegas usaron un antiveneno que se denomina bivalente, producido por el Ministerio de Salud de la Nación, que se obtiene mediante la inmunización de equinos con venenos de las serpientes Bothrops alternatus y Bothrops neuwiedii. “El tratamiento ante el envenenamiento por la mordedura de Bothrops es la consulta inmediata al centro sanitario más cercano, la internación inmediata y colocación inmediata del antiveneno específico, en este caso, el mismo que se usó en el experimento”, concluyó el investigador. Las hembras de la ‘yarará’ chica son mayores que los machos y pueden llegar a medir 1,20 metros.
Fuente: DiarioLaReforma.com.ar
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