Cuando la policía llegó al lugar encontró a más de 30 jóvenes que participaban de la fiesta, quienes al percatarse de la presencia de los uniformados reaccionaron de manera violenta, arrojando piedras contra el patrullero.
Al ver los efectivos que la situación se estaba saliendo de control procedieron a replegarse y solicitar refuerzos, pero cuando observaron que los jóvenes se enfurecían cada vez más realizaron algunos disparos de escopeta al aire, con el fin de dispersarlos.
Los jóvenes emprendieron la huida por calle Coirón hacia la barda del barrio 400 viviendas, pero un menor, de 13 años de edad, fue capturado y puesto a disposición de la Secretaría de la Niñez, Adolescencia y Familia.
Según informó El Cordillerano, los vecinos habrían arrojado piedras a la vivienda donde se realizaba la fiesta, debido a que no los dejaban dormir por los fuertísimos ruidos.
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