El sangriento motín del penal de Sierra Chica mantuvo a la sociedad expectante durante ocho días. Cadáveres cremados en la panadería de la cárcel, presos jugando al fútbol con las cabezas de otros y una jueza entre los rehenes fueron solo algunas de las escenas de aquella oscura y dramática Semana Santa de 1996.
Los presos reclamaban mejoras; había constantes traslados por superpoblación, cambios de condiciones en el régimen de visitas y jefes y agentes penitenciarios denunciados por crueldad. A 25 años de aquel episodio habló uno de sus protagonistas.
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Fuente: Minutouno
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