Se trata de un hombre de 29 años que recibió una pena de 11 años y 6 meses de prisión por el conmocionante caso, ocurrido en el año 2015. Había sido condenado previamente por otros casos de abuso.
Un hombre de 29 años fue condenado a 11 años y 6 meses de prisión efectiva por abusar sexualmente de su hija de apenas 2 años de edad a la que, además, le contagió una infección de transmisión sexual. El chacal ya había sido condenado en dos oportunidades, también por abusar de menores de edad. La última investigación fue compleja y requirió la intervención del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia de La Nación.
El juez Florentino Rubio confirmó esta semana la pena de 4 años de prisión efectiva contra el piquense, a quien se consideró como autor y responsable del delito de “abuso sexual simple agravado”, en el marco de un juicio abreviado que impulsaron la fiscala, Ana Laura Ruffini, y el defensor oficial, Guillermo Costantino. Esta condena se unificó a otra anterior de 11 años por violación, pero ya había cumplido otra de 6 meses en suspenso por tocamientos.
Los hechos que derivaron en la última condena contra J.M.D. ocurrieron entre los meses de mayo y junio del año 2015, al parecer en un único contacto en meses que el hombre tuvo con su hija de 2 años. La madre de la criatura y expareja del condenado se la entregó en el marco del régimen comunicacional, por lo que el padre durmió esa noche con la criatura y mantuvo un “contacto genital”, no violación, por lo que la contagió de sífilis.
Un familiar de la menor descubrió que la pequeña tenía lesiones en la zona genital, por lo que fue trasladada al Hospital Gobernador Centeno y allí los profesionales le confirmaron a la madre qué enfermedad había contraído la niña.
Por tratarse de una enfermedad cuya transmisión puede ser congénita, se dispuso una serie de estudios no solo a su padre, sino también a la madre para establecer si se la había transmitido durante el embarazo. Mientras tanto, también se realizaron prácticas similares a los familiares del acusado.
La mamá de la niña confirmó durante la investigación que su expareja padecía una afección en sus genitales, cuyo origen desconocía porque “nunca fue al médico” y se realizaba curaciones con medicamentos que compraba en farmacia.
Los profesionales de Pico establecieron que la víctima no había sido violada, pero el contagio podría haberse originado sí por un contacto de genitales. Pero por tratarse de un caso complejo, se requirió también la colaboración y opinión del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia de La Nación.
Los peritos de la CSJ descartaron la “transmisión vertical” o por embarazo, mientras que ratificaron que “no surge la presencia de otras lesiones compatibles con abuso”. Y establecieron “hallazgos de certeza para abuso sexual”, aunque aclararon que en estos casos “no hay manera científica de determinar con absoluta certeza la identidad del infectante”.
De todas formas, los estudios de los profesionales, sumados al Cuerpo Médico Forense de la CSJ y la confesión del propio padre acusado, cerraron la teoría del caso.
Antecedentes
El mismo hombre ya había cumplido años atrás una condena de 6 meses de prisión en suspenso, por abuso sexual simple (tocamientos) contra una menor de edad.
Tiempo después reincidió al abusar de dos nenas. Los hechos se dieron en el marco de una convivencia con otra mujer y menores en el mismo domicilio. Esta vez abusó sexualmente (con acceso carnal) de dos niñas que eran sobrinas de su pareja.
Por este hecho fue juzgado y condenado a 11 años de prisión efectiva en diciembre de 2016. Pasado el tiempo, se separó y volvió a formar pareja y tuvo una hija, de la que abusó en el año 2015 cuando aún tenía en trámite la causa por la violación de las dos niñas.
El Diario de La Pampa
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