En la madrugada del 8 de abril, el tranquilo paso de los vehículos por la Ruta 35 fue interrumpido por la acción de los efectivos policiales de Jacinto Arauz, quienes cumplían con su tarea habitual de control y prevención en el puesto caminero. Sin embargo, lo que parecía ser una parada rutinaria de tránsito, terminó siendo un hallazgo que dejó a todos sorprendidos.
A las 4:30 horas, una camioneta Nissan Frontier, conducida por un hombre de mediana edad oriundo de Buenos Aires, fue detenida por los uniformados. El vehículo circulaba en dirección a Bahía Blanca, después de haber partido desde General Acha. En principio, parecía ser otro de los tantos vehículos que transitaban por la provincia, pero los agentes sabían que cada control podía esconder algo más.
Al solicitar la documentación habitual para la circulación, algo no encajaba. El hombre, que se mostraba tranquilo, no pudo presentar los permisos requeridos para la posesión de fauna silvestre. Fue entonces cuando comenzaron a revisar con más detalle el interior de la camioneta, descubriendo lo impensable: 17 ejemplares de vizcacha muertos, dispuestos en el espacio de carga del vehículo. Las vizcachas, esas roedoras que habitan las regiones de campo y que forman parte del ecosistema de la zona, ya no tendrían oportunidad de regresar a su hábitat.
La sorpresa no terminó ahí. En la parte trasera de la camioneta, cuidadosamente guardada en un estuche, estaba una carabina semiautomática con cargador de 15 municiones, sin ninguna marca visible, pero con el permiso de tenencia vigente. El hombre había cruzado varias provincias, con su cargamento ilegal, sin que nadie se percatara de su accionar hasta ese momento.
De inmediato, los efectivos del Puesto Caminero y la Comisaría de Jacinto Arauz, en un trabajo conjunto, tomaron cartas en el asunto. Procedieron a secuestrar tanto los ejemplares de vizcacha como el arma, y se inició la correspondiente actuación contravencional por “Infracción a la Ley 1194 de Conservación de Fauna Silvestre”. La ley es clara: la caza de animales silvestres sin los permisos adecuados no solo es ilegal, sino que también pone en peligro la biodiversidad de la región.
Los animales muertos fueron secuestrados con la presencia de testigos, y el caso fue derivado a la Dirección General de Recursos Naturales (Fauna) para su correspondiente evaluación y seguimiento. La carabina, aunque registrada a nombre del conductor, fue puesta a disposición de las autoridades competentes.
Este hallazgo dejó en evidencia una vez más la importancia de los controles en las rutas y el compromiso de las fuerzas de seguridad para proteger la fauna local. La caza ilegal y el tráfico de especies son problemas persistentes, pero gracias al trabajo conjunto y a la atención al detalle, se evitó que este hombre llegara más lejos con su carga mortal.
El conductor, por su parte, enfrentará ahora las consecuencias legales de su accionar. A través de este incidente, Jacinto Arauz vuelve a mostrar su rol crucial en la preservación del patrimonio natural de la provincia. Los uniformados, que en este caso cumplieron con su deber, son los primeros en defender la vida silvestre que habita en sus campos y montes, protegiendo, al final del día, el equilibrio que la naturaleza nos brinda.
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