El estado del entorno físico tiene un impacto directo en la mente, y el placard no es una excepción. Si bien parece una cuestión menor, el desorden en este espacio personal puede afectar la productividad, y generar estrés, pérdida de tiempo y una disminución de la capacidad para tomar decisiones rápidas y efectivas. Expertos en organización y psicología destacan que mantener el placard ordenado es clave para tener días más productivos y organizados.
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Más estrés, menos claridad mental
La psicóloga Sherrie Bourg Carter, autora de estudios sobre el impacto del desorden, explica que un ambiente caótico genera estímulos visuales constantes que compiten por la atención, lo que agota la energía mental. Cuando el placard está desordenado, las mañanas pueden convertirse en una batalla para encontrar qué ponernos, lo que aumenta la frustración y el estrés desde el inicio del día.
Este estrés afecta la productividad porque la mente necesita claridad para concentrarse en las tareas importantes. Si el día comienza con un pequeño caos, como el de lidiar con ropa apilada o prendas mal organizadas, es más probable que se arrastre esa sensación de descontrol al resto de las actividades.
La fatiga de las decisiones
Un armario en desorden también puede contribuir a la llamada “fatiga de decisiones”. Barry Schwartz, autor del libro The Paradox of Choice, indica que demasiadas opciones, especialmente si están mal organizadas, pueden dificultar elegir incluso las cosas más simples. Perder tiempo seleccionando una camisa o un par de zapatos puede consumir energía valiosa que podríamos usar para resolver problemas más relevantes.
Cómo ordenar el placard puede potenciar la productividad
Una solución efectiva es adoptar un sistema de organización minimalista, al clasificar la ropa por tipo o frecuencia de uso. Expertos como Marie Kondo, creadora del método KonMari, sugieren mantener solo las prendas que realmente usamos y que nos hacen sentir bien, lo que no solo libera espacio físico, sino también mental.
Además, convertir la organización en un hábito puede ayudar a construir una rutina más eficiente. Dedicar unos minutos a la semana para mantener el orden del placard evita que el desorden crezca y se convierta en un obstáculo constante.
Si bien el estado del placard parece un detalle trivial, su impacto en la productividad y el bienestar es significativo. Invertir tiempo en mantener este espacio ordenado no solo nos permite ahorrar minutos valiosos, sino que también contribuye a tener una mente más tranquila y enfocada.
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