Dos puntos generaron cierta molestia en la familia paterna de Lucio: los jueces no consideraron que Magdalena Espósito Valenti haya violado al nene y, además, dijeron que ambas no cometieron el crimen como “odio de género”. En principio, desde la familia Dupuy ya adelantaron que impugnarán esos puntos para que otros magistrados revisen la sentencia.
Los jueces determinaron que Lucio fue víctima de diversas agresiones sexuales reiteradas al menos durante dos meses. Sin embargo, la prueba reunida no les permitió a los magistrados inferir que ambas acusadas hayan sido las autoras de estos ataques. Solo le apuntaron a Abigail Páez y no a la madre.
“Si bien entonces no albergo dudas acerca de la ocurrencia del hecho, el modo, el tiempo y elemento utilizado (o al menos uno de ellos); sí, en cambio, creo que las partes acusadoras sólo han logrado producir prueba respecto de la autoría de una de ellas: Abigail Páez”, dijo el juez Andrés Olié, autor del voto inicial al que adhirieron los otros dos jueces Alejandra Ongaro y Daniel Sáez Zamora.
Espósito Valenti fue beneficiada entonces por el beneficio a la duda en base a uno de los principios rectores del derecho penal: in dubio pro reo.
Otro de los puntos no probados es el “odio de género”, según dijeron los magistrados.
El abogado querellante había requerido ese agravante establecido en el artículo 80, inciso cuarto del Código Penal.
La agravante de homicidio por odio de género, dijo el letrado en su momento, incorporada por la Ley 26.061 se caracteriza por la aversión que siente por la víctima, por su condición de pertenecer en el caso al género masculino, en este caso en la línea parental con la familia paterna.
Olié y los otros magistrados dijeron que esa posición estaba basada en una perita de parte, “cuyo rendimiento probatorio ya fue descartado” , y en el ataque sufrido por el niño en la zona genital.
“Respecto de este segundo elemento a considerar, ambas peritos oficiales han rechazado que la lesión (en forma de mordedura) en el pene de Lucio Dupuy pueda significarse como odio al género masculino”, escribió Olié.
“Relató al respecto la licenciada (Laura) Cabot –en alusión a Abigail Páez- que ella ‘dijo percibirse como no binaria, no tiene conflicto con esto, manifestó compartir ciertas características masculinas y ciertas del género femenino, pero eso no es conflictivo para ella. Hay cierta identificación con el género masculino, lo más observable, en su aspecto físico no aparecen aspectos femeninos como pueden ser un adorno, una pintura, ella menciona querer tomar hormonas masculinas…’, circunstancia que fue corroborada por la testigo (…), aunque no sabía si llegó a concretar dicha intención”, expresó.
“Finalizó luego, a este respecto, sosteniendo que ‘considera que el género masculino no influyo en este caso, porque no había lugar para otro, para un tercero, pudo haber sido cualquier tercero, no hay lugar sin la otra en éste vínculo, fue Lucio y pudo haber sido otra persona. Siempre los genitales son lugares donde pueden haber agresiones, por la significación que tienen, no cree que tenga que ver en este caso con una cuestión que tenga que ver con el género, sino como parte más de las agresiones que tuvo’”, dijo el juez.
“Por su parte, (la psicóloga Virginia) Carretero –respecto de Magdalena Espósito Valenti- sostuvo que ‘no puede afirmar el odio al género masculino, ella elige una pareja que cumple condiciones masculinas, no habría un rechazo a la masculinidad si elige a alguien con esas características (…) lo mismo hubiera sido si en vez de ser varón fuera mujer’”, escribió.
“En términos generales, ambas coincidieron en sostener que las acusadas rechazaban el estereotipo patriarcal, algo que aparece con toda evidencia en el chat mantenido el 3 de marzo, cuando Magdalena Espósito Valenti sostiene que ‘todo mal salió; Lo voy a mandar a vivir con el padre,; Ya está decidido, y bueno, si el día de mañana es un machito que va a ser, yo ya no puedo mas; Porque además Lucio no quiere estar acá, y yo tampoco quiero que este acá, entonces es al pedo que sigamos con esta farsa’”, dijo.
Así insistió con que no hubo odio de género en el asesinato. “No es esto lo que ocurre aquí, en tanto lo odiado, en tal caso sería una visión machista y patriarcal de la masculinidad, pero de ningún modo la identificación sexual de Lucio Dupuy. Estimo entonces que no corresponde aplicar esta agravante”, dijo Olié.
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