La castense Yanina Corone una vez más fue intimadada por su ex, el policía Gabriel Paez Albornoz, quien tiene una orden de restricción de acercamiento a ella y a su hijo. Aparentemente el botón antipánico le habria sonado reiterada veces pero desde el Cecom decían que estaba lejos.
La mujer vino a Santa Rosa cuando el aparato le marca a Yanina que su ex se encontraba en el radio de zona restringida. A los 4 minutos de esa alarma, se comunican desde el Cecom para informarle de la violación a la restricción pero le dicen que ya lo tenían controlado y que no debía preocuparse. Ella les cuenta que el dispositivo ya había sonando «después de esto me sonó 3 veces más y todo en menos de 30 minutos! Es decir entro a sonarme 12.16 a las 12.18 me llama cecom y a las 12.20 en vez de alejarse se super acercó, me volvió a sonar 12.21 alejado, a las 12.33 se había vuelto a hacercar a la zona restringida y a las 12.35 sonó otra vez en zona restringida»
Cada vez que Páez Albornoz es consultado por su actitud, argumenta que se encuentra circulando, que “voy de paso, amigo”.
Las reiteradas denuncias públicas, y algunas en sede judicial, sobre la violación de la restricción de acercamiento han sido, hasta ahora, minimizadas por la justicia y la policía.
El accionar policial fue subjetivo desde un principio, ya que el caso se dio a conocer como un intento de homicidio en el que la mujer fue acusada de envenenamiento en un supuesto licuado que le habria dado de ingerir a su marido en reiterados dias. El policía estuvo internado y cuando avanzó la investigación, se conoció que la supuesta victimaria era víctima: y también lo era su hijo.
El policía dice que su pareja lo quiso envenenar, pero a él se le sumó una causa penal por violencia de género y otra en el fuero civil por la tenencia del hijo en común.
Además se sabe que hay un expediente donde figura que una de las prácticas del policía sería provocar asfixia y someter a una posible mordedura de perro a su pequeño hijo, como una supuesta forma de “entrenamiento”.
Otra acusación que se le hace es la de meter la cabeza del niño dentro de la boca de un perro de caza. Esta situación se conoció porque una vez el niño tuvo una mordedura en la oreja y fue allí que se lo contó a su madre.
Por el momento, la causa penal y civil se encuentran en plena etapa de investigación.
Violencia de género e institucional
Según las pericias psicológicas, Coronel sufrió violencia de género. También afirman que la mujer no presenta “predisposición a la agresividad y/o a actos impulsivos”.
“Se trataría de una situación de Violencia de Género, en el tipo Psicológico-Emocional-Verbal, Sexual, Físico, Económico-Patrimonial, Ambiental y Simbólico, en un contexto de Violencia Familiar, en el marco de un vínculo de pareja de 13 años, con el agravante de la no aceptación por parte del Sr. de la ruptura del vínculo. Surge además como víctima de esta situación el hijo de la pareja, niño de 5 años”, se lee en el informe pericial.
Agregan que “el contexto de Violencia Institucional al que habría estado expuesta la entrevistada, teniendo en cuenta los múltiples pedidos de ayuda que la misma habría realizado en diversos organismos estatales, los cuales no habrían garantizado con su accionar la protección de la misma”
A los días del supuesto envenenamiento, la pericia indicó que “en los últimos 15 días aproximadamente los episodios de violencia emocional-psicológica-verbal se darían en forma diaria y continua durante el transcurso del día y de la noche, con episodios además de violencia física. Circunstancias en las cuales el Sr. la amenazaría con matarla a ella, a miembros de su familia, al niño, haría alusión permanente al arma de fuego, la cual utilizaría además para intimidarla y la dejaría sobre la mesa. También le impediría por diversos medios que la misma pudiese pedir ayuda; emerge en este sentido una situación de encierro”, añade el informe pericial.Se desprenden del relato las secuelas y/o signos que afectarían a la entrevistada, compatibles con la violencia de género padecida: dificultades para dormir en el último tiempo, falta de apetito, estado de alerta permanente, angustia y llanto reiterado a solas, miedo a que su pareja la dañe a ella y/o a su familia, estado de desesperación y terror”, dice.
Por último, indican que sufrió violencia institucional porque no recibió una respuesta satisfactoria a los reiterados pedidos de ayuda que habría realizado a la Policía, la Unidad Funcional de Género y Niñez de la Policía, la Jefatura de Policía y a la Secretaría de la Mujer.
Deja tu comentario!