«La vida de él era un globo. Yo me di cuenta que se había pinchado y se empezaba a desinflar, a deshacer, y me desesperaba porque sentía que era la vida de él. Y me puse re mal, me desperté llorando. Murió en el sueño, pero cuando me desperté realmente no estaba más. Se había muerto de verdad», relató Pennisi.
El cantante contó que con la ayuda de estos amigos trepó a árboles y a los techos de casas que no conocía. «Era algo del más allá. No me hablaban con voz humana. Yo sentía que lo que tenía que hacer era eso, pero no venía de mí, venía de otro lado», explicó.
«Sentí que me cuidaron y que lo que vinieron a hacer conmigo es a transmitirme la confianza y a decirme que tome riesgos. Con el tiempo empezaron a desaparecer. Me dijeron: ‘Hasta acá llegamos con vos, cumplimos con la misión de guiarte y ayudarte, y ahora tu vida está en tus manos'», aseguró el artista.
«Una vez, una amiga de mi vieja estaba mirando fotos en un álbum y le dice: ‘Esta nena falleció de meningitis en el año 92. ¿Sabés cómo se llamaba? Barató’. Y en el año 92 es donde aparecieron los duendes. Sentí que quizás el alma de esa nena estaba conmigo. Hoy estos guías, personas o almas seguramente están acompañando a algún ser», concluyó.
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