“Por fin llegó el día, por fin esto que lo vengo pensando hace muchos años”, comentó Marisú, al abrir las puertas de su casa a niños y niñas de Toay para poner un merendero. La mujer tiene 5 trabajos diferentes, pero esto no le impidió abrir su corazón y recibir a decenas de jóvenes en su casa.
“Tengo tanta emoción. Tengo trabajo en 5 casas de familia como empleada doméstica. Todas las donaciones que ves son de los patrones y gracias a ellos, con el boca en boca”, expresó a CPE Noticias.
Además, Marisú recibe alimentos de distintas panaderías del pueblo para el merendero “Arco Iris”. “Nada es imposible, es simplemente decidirse. Quiero que la mayoría de mis vecinos lo copien y se preocupen por su barrio”, afirmó.
En un primer momento recibe a 33 chicos del barrio San Calletano. Desde las 16 a las 18 los jóvenes comparten la merienda en la casa de Marisú, juegan y se divierten. “No puedo ver más pobreza que la mía, no puedo cerrar las puertas de mi casa y yo tener un plato de comida todos los días y que a mi vecino le falte una taza de leche, es más fuerte que yo”.
Marisú comentó que les hace falta leche, galletitas, chocolate, azúcar y servilletas para poder seguir ayudando a estos niños y niñas. Ella vive en el Barrio San Calletano, casa 27 en la calle San Lorenzo.
Diario La Arena
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