Osvaldo y María viven desde hace más de cinco años en una vivienda precaria ubicada en las calles 103 y 40. Hoy, su realidad es desesperante: enfrentan un desalojo judicial inminente y no tienen a dónde ir. Junto a sus tres hijos, su hija y un nieto pequeño a cargo, podrían quedar en situación de calle antes del 7 de julio.
“No quiero que me regalen nada, solo un techo ”, expresa María, con la voz quebrada por la angustia. La pareja recuerda cómo llegaron a esa casa abandonada, en ruinas, luego de no poder renovar el alquiler del lugar donde vivían. Un vecino les informó que la propiedad estaba en conflicto judicial entre herederos y que no era habitada. Lograron contactarse con uno de los propietarios, quien les permitió vivir allí.
“No tenía ventanas ni nada. Nosotros la limpiamos, pusimos la luz a nuestro nombre, hicimos el cableado, todo”, relata María.
Actualmente, en esa casa viven siete personas: la pareja, sus hijos, una hija y un nieto pequeño. Uno de los hijos, de apenas 17 años, realiza changas, al igual que Osvaldo, quien además trabaja en una huerta municipal. “Gano 78.000 pesos. Con eso no se puede pagar un alquiler y comer”, explica.
María, asmática, cría a su nieto sin ayuda estatal y realiza trabajos por su cuenta. “No cobro nada por él todavía. ¿Quién puede comprar una casa con una asignación? No queremos vivir del Estado, solo pedimos una oportunidad para pagar algo digno, aunque sea de a poco”, sostiene.
A pesar de haber presentado varias veces la documentación necesaria, nunca fueron adjudicatarios de una vivienda social. Denuncian que otras personas, incluso sin DNI, accedieron rápidamente a planes de vivienda mientras ellos continúan esperando.
La familia sobrevive sin gas natural, calefaccionándose con leña que ellos mismos salen a buscar. “Una vez me prestaron una salamandra, pero ya la devolví”, cuenta María.
La orden de desalojo ya tiene fecha: antes del 7 de julio deben abandonar la vivienda. Si eso ocurre, no tienen otro lugar adonde ir.
“Ojalá la señora Alicia Mayoral, la señora Fernanda o alguien del municipio se acerque. No pido nada regalado, solo algo justo, algo que podamos pagar”, reitera María.
Contacto para ayuda o difusión:
2302 54 2668 (María)
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