La ceguera, ya sea de nacimiento o adquirida a lo largo de la vida, marca una profunda diferencia en la manera en que las personas experimentan el mundo. Uno de los aspectos más fascinantes y menos comprendidos es cómo sueñan aquellas personas que no tienen acceso a la vista. ¿Es posible soñar sin imágenes? ¿Cómo se manifiestan los sueños de una persona que ha perdido la vista después de años de visión? A través de este análisis, exploramos los sueños de dos tipos de personas con ceguera: aquellas que nacieron sin la capacidad de ver y aquellas que perdieron la vista debido a accidentes, enfermedades o envejecimiento.
La ceguera congénita: sueños sin imágenes visuales
Para quienes nacen con ceguera total, la experiencia del sueño es, en gran medida, sensorial pero libre de imágenes visuales. Los estudios sobre la percepción y el sueño en personas ciegas han demostrado que, en lugar de imágenes visuales, los sueños de quienes nacen sin visión se centran en otros sentidos. El tacto, el oído, el olfato y el gusto son los pilares de estos sueños. Las personas ciegas de nacimiento tienden a soñar con sonidos, como conversaciones o ambientes sonoros específicos, y con sensaciones táctiles, como el contacto físico con otros o la textura de objetos.
En su sueño, una persona con ceguera congénita podría sentir la brisa en la piel, oír el sonido de la lluvia, e incluso saborear algo delicioso. La relación con el mundo que perciben durante el día, principalmente a través del oído y el tacto, se extiende a su vida onírica, donde las emociones, los sonidos y las sensaciones físicas son más significativos que las imágenes visuales.
La ceguera adquirida: sueños con vestigios visuales
Por otro lado, aquellas personas que pierden la vista después de haber tenido la capacidad de ver suelen experimentar una relación diferente con sus sueños. En muchos casos, los recuerdos visuales de su vida anterior a la ceguera siguen siendo parte importante de sus sueños. Aunque la vista ya no esté disponible, el cerebro continúa utilizando las imágenes almacenadas en la memoria visual, por lo que una persona que perdió la vista podría soñar con imágenes, personas y lugares que una vez pudo ver.
A medida que la ceguera se asienta y el cerebro se adapta a la nueva realidad, algunas personas con ceguera adquirida informan que sus sueños se vuelven menos visuales y más centrados en otros sentidos, de manera similar a los sueños de quienes nacen ciegos. Sin embargo, al principio, los sueños visuales siguen siendo una característica destacada de la experiencia onírica.
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