La Justicia nunca encontró respuesta a su caso, hasta que en 2023 el autor del hecho contó la verdad.
Al fin del año escolar, Natalee Holloway, una joven estadounidense de 18 años, estaba ansiosa por cumplir uno de los sueños que compartía junto a sus compañeros de colegio: irse de viaje de egresados. Fue así cómo en mayo de 2005, el curso viajó desde el estado de Alabama hasta Aruba, en el Caribe, un destino común para los adolescentes de su edad.
Sin embargo, todo cambió cuando una noche desapareció sin dejar rastro después de salir de un boliche. Algunos testigos afirmaron que la última vez que se la vio estaba con un chico holandés, identificado como Joran van der Sloot, quien se convirtió inmediatamente en el principal sospechoso.
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La búsqueda de la joven involucró a agentes del FBI, la Fuerza Armada, buzos especializados y unidades aéreas, pero Holloway nunca apareció.
A su vez, los investigadores no lograron encontrar pruebas contundentes que demostraran que Van der Sloot estuvo implicado en la desaparición de la adolescente, por lo que, en diciembre de ese mismo año, el caso se cerró sin culpables. Pero todo cambiaría 18 años después, con una macabra confesión.
Del viaje de sus sueños a un final trágico
Natalee Ann Holloway nació el 21 de octubre de 1986 en la localidad de Clinton, en el estado de Misisipi. Cuando tenía 14 años, su madre se casó con su padrastro y la familia se mudó a Mountain Brook, en Alabama.
En esa ciudad, asistió a la escuela secundaria con actividades que la destacaron como estudiante: fue integrante de la Sociedad Nacional de Honor, formó parte del equipo de baile de la institución e incluso había ganado una beca completa en la Universidad de Alabama, donde iba a empezar a estudiar la carrera de medicina.
El 26 de mayo de 2005, Natalee Holloway llegó a Aruba junto a 124 compañeros de su curso del Mountain Brook High School. El grupo tenía previsto pasar cinco días en la isla, bajo la supervisión de siete acompañantes.
Según el relato de uno de los profesores, los responsables del viaje realizaban controles diarios para asegurarse de que todo transcurría con normalidad.
Sin embargo, el comisario Gerold Dompig, quien lideró la investigación entre 2005 y 2006, afirmó que los adolescentes participaban en “fiestas desenfrenadas con gran consumo de alcohol”. Incluso señaló que Holloway bebía desde la mañana y se ausentó del desayuno en dos ocasiones.
La última vez que sus compañeros la vieron con vida, Natalee estaba acompañada de Joran van der Sloot, un estudiante holandés de 17 años, a la salida de un boliche llamado Carlos’n Charlie’s. Era el lunes 30 de mayo, alrededor de la 1:30 de la madrugada, y también estaban otros dos jóvenes de 18 y 21, Satish Kalpoe y Deepak Kalpoe.
Holloway, quien debía regresar a casa ese mismo día, nunca llegó a subirse a su vuelo. Sus pertenencias y pasaporte fueron hallados intactos en su habitación del hotel, y nadie supo más de ella.
Una búsqueda sin fin
La investigación del paradero de Natalee comenzó poco después de la denuncia de su desaparición. Las autoridades la buscaron en la isla y en los alrededores. En un principio, diez personas fueron detenidas por su presunta implicación en el hecho, pero luego quedaron libres por falta de pruebas.
Pese a ello, el principal sospechoso se trataba de Van der Sloot, quien en un principio negó haberla conocido. Poco después, declaró que junto a su amigo Deepak Kalpoe la llevaron a su hotel aproximadamente a las 2 de la mañana. Pero los investigadores nunca pudieron comprobar esto debido a la falta de cámaras de seguridad que registraran el ingreso de la chica.
Gran parte de la población de Aruba se movilizó para formar parte del operativo de búsqueda. Incluso los bancos llegaron a recaudar 20 mil dólares para contribuir a la causa y ayudar a la familia de Holloway a pagar los gastos de su estadía.
Tal fue la magnitud del caso que la prensa siguió cada paso de los policías, pero la investigación no tuvo éxito y Natalee fue declarada muerta en enero de 2012.
El asesinato que destapó una confesión macabra
Mientras la familia de Natalee Holloway buscaba respuestas, Joran van der Sloot continuó con su vida a pesar de haber seguido en la mira de los investigadores.
En el período del 29 de marzo al 17 de mayo de 2010, el principal sospechoso intentó extorsionar a la mamá de la adolescente desaparecida al decirle que se ofrecía a revelarle dónde estaba el cuerpo de su hija y las circunstancias de su muerte, a cambio de una suma de 25 mil dólares por adelantado, y luego 225 mil dólares más.
Beth Holloway llegó a entregarle parte del dinero, pero luego descubrió que sólo se trataba de una pista falsa, por lo que decidió denunciarlo por extorsión.
El 30 de mayo de ese mismo año, en el aniversario de la desaparición de Natalee, Van der Sloot asesinó brutalmente a una joven de 21 años llamada Stephany Flores, en su habitación de hotel en Lima, Perú.
Según la investigación, la chica que lo acompañaba descubrió que él había tenido algo que ver con el caso Holloway al revisarle su computadora en una visita. Por eso, cuando el hombre se dio cuenta de lo que había pasado, la mató para impedir que revelara su secreto.
De esta manera, Van der Sloot le robó el dinero y las tarjetas a Flores, y se dio a la fuga a Chile. En donde, pocos días más tarde, fue detenido y acusado de homicidio. Acto seguido, la Interpol lo mandó de regreso a Perú para que sea juzgado por las autoridades de ese país.
El 13 de enero de 2012, Joran Van der Sloot fue sentenciado a 28 años de prisión por el crimen de Stephany Flores. Once años más tarde, la justicia de Perú decide extraditarlo a Estados Unidos para que sea juzgado por la denuncia de extorsión y fraude hacia la madre de Natalee, Beth Holloway. Allí, fue condenado a otros 20 años de prisión.
Sin embargo, lo que causó más conmoción es que, a 18 años del crimen, el acusado confesó el crimen de Natalee Holloway ante una jueza de Alabama.
En su declaración, Van der Sloot relató que conoció a la joven en un bar y luego la llevó a la playa. Allí, tras ser rechazado por ella, la golpeó brutalmente hasta dejarla inconsciente o, posiblemente, muerta. Para encubrir el crimen, arrastró su cuerpo mar adentro y lo dejó desaparecer en el agua.
A pesar de haber sido el principal sospechoso desde el principio, la falta de pruebas impidió su acusación en Aruba. Con esta reciente confesión, la familia de Natalee finalmente obtuvo respuestas, aunque las autoridades aún no encontraron rastros de su cuerpo.
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Beth Holloway declaró en una conferencia de prensa que, para ella, el caso está cerrado: “En lo que a mí respecta, se acabó. Se acabó. Lo hizo solo y se deshizo del cuerpo”.
Por su parte, Van der Sloot se disculpó públicamente: “Me gustaría aprovechar la oportunidad para disculparme con la familia Holloway y con mi propia familia (…) No soy la persona que era entonces”.
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