Vittorio Delfino Pérez, un bebé pampeano de un año y medio, fue sometido a un trasplante de hígado luego de ser diagnosticado con hepatoblastoma fetal, un tipo de cáncer congénito. Su diagnóstico llegó después de que su familia notara una inflamación abdominal y acudiera al pediatra. A pesar de la quimioterapia, los tumores no disminuyeron, lo que llevó a la necesidad de un trasplante. La operación fue posible gracias a un donante pediátrico de Salta, luego de un proceso angustiante con dos intentos fallidos. Actualmente, Vittorio se encuentra en recuperación en el Hospital Italiano de Buenos Aires y continúa con quimioterapia. El pueblo de Miguel Cané y localidades vecinas como Quemú Quemú, Relmo y Catriló se unieron para apoyar a la familia a través de colectas y actividades solidarias. La familia, profundamente agradecida, destacó el apoyo constante de su comunidad.
Julieta Pérez Santos -oriunda de Cané- y Diego Delfino -oriundo de Catriló- son los padres de Vittorio. Además, tienen una niña de 5 años, de nombre Ámbar. La familia vive en Miguel Cané.
Julieta, en diálogo con Diario Textual desde una sala de pediatría del Italiano, contó detalles del caso. “En julio, vimos molesto y con mucha panza a Vittorio. Por eso lo llevé al pediatra Rodrigo Caselli, en Pico. Al pediatra le llamó la atención la inflamación y nos mandó ese mismo día a hacer una radiografía. Detectaron un tumor, pero no sabían si estaba en los intestinos o en el hígado. Nos internaron de inmediato en la Clínica Argentina y nos derivaron al Hospital Italiano, en Buenos Aires”, contó Julieta.
-Era un caso urgente.
-Muy urgente. Llegamos al límite. Le hicieron muchos estudios, como una resonancia y una ecografía y se confirmó que tenía dos tumores en el hígado: uno de 12 x 11 cm y otro de 8 x 5 cm. Luego de una biopsia, diagnosticaron hepatoblastoma fetal, una enfermedad congénita que se desarrolla durante el embarazo. Los tumores crecieron rápidamente, y en pocos días se hicieron evidentes.
-Es decir, desarrolló el cáncer estando en el embarazo.
-Exacto. Cuando él se formó, se desarrolló esta enfermedad con él. Y ya nacido, durante esos 11 meses fue creciendo con él. Nosotros nos dimos cuenta unos pocos días antes (de concurrir al pediatra), porque en esa semana arrancaron los tumores a crecer en forma exponencial.
-¿Qué les dijeron en el Italiano?
-Estuvimos internados dos semanas para el diagnóstico. Decidieron iniciar quimioterapia para reducir los tumores y poder realizar una hepatectomía parcial. Es decir, pretendían sacarle solo un pedazo del hígado para que tuviera otra parte del hígado y pudiera cumplir las funciones que debe cumplir. Con la quimioterapia estuvimos hasta octubre. Le hicieron otra tomografía y detectan que los tumores no se habían achicado ni un milímetro. Entonces, era imposible hacer la operación que pretendía. Por eso, sugirieron un trasplante de hígado. Sin embargo, tras meses de quimio, los tumores no se redujeron, y se optó por el trasplante.
-¿Intentaron ser vos y tu pareja los donantes?
-Sí, ambos somos compatibles, pero los tumores habían afectado una vena cava (NdeR: es el vaso sanguíneo que recibe la sangre del hígado a través de las venas hepáticas, y la transporta al corazón). Por eso, se necesitaba un donante cadavérico que también incluyera esa vena.
-¿Cómo fue la espera por un donante?
-Entró a la lista del Incucai (Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante) con un puntaje bajo porque su función hepática estaba bien, pero subió al primer lugar por los tumores. También lo favoreció su grupo sanguíneo AB positivo, es decir, que podía recibir de cualquier donante. Hubo dos intentos fallidos. Cerca del 10 de noviembre, nos llamaron que había un posible donante, pero le hicieron otros estudios al donante y resulta que tenía Covid… Por eso, lo descartaron. A los cuatro días nos llamaron de vuelta que había otro donante, pero tenía dengue… No pegábamos una… Fue muy angustiante. A la 1 y media de la madrugada del 29 de noviembre nos llamaron otra vez porque había un posible órgano de un donante pediátrico. Nos dijeron que el posible donante era de Salta, pero que había problemas climáticos y que los aviones sanitarios no podían despegar. Finalmente, se pudo hacer el operativo y ese mismo día, por la noche, lo trasplantaron.
La familia sigue en el hospital, en una sala común, y Vittorio continúa con quimioterapia.
Julieta, además, resaltó la dedicación de los profesionales del Italiano que lo atienden: Juan Pekolj, el cirujano que lo operó; Gustavo Boldrini, hepatólogo; y Patricia Streitenberger, oncóloga.
Aunque los gastos principales están cubiertos por su obra social, siempre hay costos adicionales. Por eso, los vecinos de Miguel Cané y pueblos cercanos han colaborado con actividades solidarias, como la venta de asado y pollos. “Estamos muy agradecidos con la familia del donante, con Cané y toda la zona. Todos los días recibo mensajes preguntando por Vitto. No vemos la hora de volver a La Pampa, pero aún debemos esperar…”, expresó Julieta.
enbocadetodoshd
Deja tu comentario!