El árbol de Navidad es uno de los principales símbolos de las fiestas navideñas, y su armado, el 8 de diciembre, marca el solsticio de invierno en el hemisferio norte que coincide con el Día de la Virgen María.
El árbol de Navidad es el centro de atención en todos los hogares católicos (y los no tan católicos también), y según las tradiciones, se arma y se enciende cada 8 de diciembre, en la celebración del Día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, día que también marca el solsticio de invierno en el norte.
Hay personas que se adelantan y arman el árbol de Navidad desde mediados de noviembre o el primero de diciembre, pero debe encenderse recién el mismo 8, de acuerdo con las mencionadas tradiciones.
Por supuesto, en países del norte como Estados Unidos, se suele ver en las películas que el árbol de Navidad es un pino natural, lo que los lleva a renovarlo cada año sin excusa; las familias van y eligen el árbol que van a decorar en sus hogares.
¿Es mala suerte no renovar jamás el árbol de Navidad?
Sobre esta pregunta, acerca de un posible mal augurio al no renovar el árbol de Navidad, solo hay mitos sin ningún tipo de sustento. Pero como todo en el mundo espiritual y mucho más a nivel religioso, todo se basa en la fe y las creencias.
Entre las creencias populares se dice que el árbol de Navidad se debe renovar cada 7 años, pero todos se le debe agregar un adorno nuevo. Y por supuesto, la cuestión económica muchas veces es la que termina decidiendo este tipo de cuestiones.
Se cree que de no renovar el árbol de Navidad a los 7 años, habrá mala suerte y estancamiento, pues el árbol de Navidad, en su conjunto, representa prosperidad, abundancia, el constante crecimiento y alegría.
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