El crujido, chasquido o ruido en las articulaciones es una experiencia común que muchas personas experimentan al mover el cuerpo. Este fenómeno, conocido como crepitación, puede surgir en rodillas, codos, hombros u otras áreas, generando preocupación. Identificar la causa precisa es clave para saber si se requiere atención médica o ajustes en los hábitos.
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Es importante mencionar que en los últimos años el interés por la salud articular ha crecido exponencialmente. Numerosos estudios investigan los factores que contribuyen al desgaste articular y las formas en que los movimientos cotidianos, la actividad física y el envejecimiento pueden influir. Los profesionales de la salud destacan la relevancia de mantener articulaciones fuertes para disfrutar de una mejor calidad de vida.
Qué causa el ruido en las articulaciones
El ruido articular puede originarse por diferentes razones. Una de las más comunes es el movimiento de burbujas de gas dentro del líquido sinovial que lubrica las articulaciones. Este fenómeno, llamado cavitación, genera el característico chasquido sin representar un problema de salud. No obstante, también existen otras causas que deben ser tomadas en cuenta:
- Desgaste del cartílago. El roce de superficies óseas puede provocar chasquidos.
- Tendones y ligamentos deslizantes. Ciertos movimientos generan sonidos cuando cambian de posición.
- Inflamación articular. Afecciones como la artritis pueden acompañar el ruido con dolor o rigidez.
Un estudio de la Asociación Americana de Reumatología sugiere que el ruido aislado sin síntomas adicionales, como dolor, rara vez es motivo de preocupación. Sin embargo, recomiendan acudir al médico si persiste o aparece con otros signos.
Mitos y realidades sobre el crujido de articulaciones
El tema del ruido articular ha dado lugar a diversos mitos. Uno de los más conocidos es que “tronar” los nudillos provoca artritis. No obstante, la evidencia científica actual, como destaca un artículo en el Journal of Orthopaedic Research, indica que esta afirmación carece de fundamento. Por otro lado, algunos piensan que los sonidos indican siempre un problema subyacente, pero la realidad es que, en la mayoría de los casos, no es así.
Para entender cuándo se debe prestar atención, es útil identificar factores clave. Según los expertos, es vital buscar consejo profesional si el ruido se acompaña de:
- Dolor intenso o crónico.
- Hinchazón visible.
- Limitación de movimiento.
Recurrir a un especialista permite descartar lesiones o enfermedades y, de ser necesario, iniciar un tratamiento adecuado.
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Mantener articulaciones saludables
Mantener articulaciones saludables es fundamental para asegurar una buena calidad de vida a medida que envejecemos. Dos puntos clave son:
- Ejercicio regular y adecuado. El movimiento es fundamental para mantener la lubricación articular y reducir el riesgo de rigidez. Realizar ejercicios de bajo impacto, como natación o caminar, puede ser beneficioso para la salud articular. Además, el fortalecimiento muscular protege las articulaciones al disminuir la presión sobre ellas y el estiramiento diario mejora la flexibilidad y reduce tensiones.
- Alimentación y suplementación. Una dieta rica en nutrientes es esencial para el cuidado articular. Consumir alimentos con omega-3, como pescados grasos, y antioxidantes presentes en frutas y verduras puede ayudar a reducir la inflamación. En casos específicos, los profesionales de la salud pueden recomendar suplementos como glucosamina y condroitina.
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