Grandes empresas españolas, entre ellas el Banco Santander y el BBVA, la energética Naturgy, la empresa concesionaria Abertis y la aerolínea Iberia, se mostraron en desacuerdo con el ataque del presidente Javier Milei al mandatario Pedro Sánchez y suscribieron las declaraciones del titular de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, quien afirmó que «no se corresponden con las de dos países amigos y hermanos, ni se producen en el sitio ni el lugar adecuado».
Varios de estos hombres de negocios se habían reunido con Milei en la embajada argentina en Madrid el sábado pasado, previamente al acto en el que el libertario realizó las explosivas declaraciones. El encuentro estuvo encabezado justamente por Garamendi. La patronal española, con grandes intereses en Argentina, condenó los dichos «fuera de tono» de Milei, en palabras de Garamendi. «Rechazamos profundamente» unas declaraciones «fuera de tono», que constituyen un «ataque» que «no tiene ningún sentido», explicó en la Cadena Ser.
Mientras Iberia consideró que las declaraciones de Milei «no atienden» al lenguaje diplomático «que debe usarse entre dos países amigos», Naturgy suscribió las declaraciones del presidente de la patronal CEOE, al tiempo que Telefónica, al rechazar los dichos, abogó por una «atmósfera de colaboración y diálogo constructivo» con Argentina.
España es el segundo país inversor en Argentina, por detrás de Estados Unidos, con un stock de más de u$s16.300 millones, según el Instituto de Comercio Exterior (ICEX) español.
Esteban González Pons, dirigente del primer partido de la oposición, el conservador Partido Popular (PP), advirtió que las empresas españolas «no merecen que su situación se vea comprometida», dijo en la radio COPE. Al mismo tiempo, tildó el discurso de Milei de «intromisión» en la política nacional, en el marco de un espectáculo «chocante».
Durante un discurso en un encuentro en Madrid de dirigentes de extrema derecha organizado por el partido español Vox, Milei se refirió a la esposa de Sánchez, Begoña Gómez, como «mujer corrupta».
Aunque no identificó a Sánchez o a su esposa por su nombre, la alusión de Milei al periodo de reflexión que se tomó él, para decidir si dimitía por los ataques a su esposa, permitió identificar a la pareja.
«Las élites globales no se dan cuenta de lo destructivo que puede llegar a ser implementar las ideas del socialismo (…), aun cuando tenga a la mujer corrupta, digamos, se ensucia [sic], y se tome cinco días para pensarlo», aseguró.
El Gobierno argentino, en cambio, estimó que era Pedro Sánchez quien debía disculparse.
«No corresponde ninguna disculpa. Ninguna disculpa. Al contrario, yo creo que debería haber varias disculpas del gobierno español por las cosas que han dicho del presidente Milei», declaró el ministro del Interior, Guillermo Francos, poco después de que el vocero presidencial Manuel Adorni se expresara en el mismo sentido.
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