El impacto de la devaluación en los precios de los alimentos y la caída de los ingresos durante el gobierno de Javier Milei llevaron a que Argentina tenga en la actualidad uno de los salarios en dólares más bajos de América Latina, pero productos básicos más caros en la misma moneda.
El dato surge del último informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) que realizó una comparativa entre distintos países de la región. El ingreso mínimo en Argentina es de u$s264, por detrás de Perú (U$s275), Brasil (u$s277), Colombia (u$s339), Bolivia (u$s362) y Chile (u$s516).
«La Argentina puntea el ranking de salarios mínimos, presenta una mala performance en jubilaciones y a su vez tiene de los productos más caros de la región en supermercados», señaló el documento. Añadió que «la devaluación tuvo un impacto en precios y una caída en el salario que no está siendo compensada por la fuerte apreciación posterior».
«Esto produce esa sensación de que la Argentina está siendo ‘cara’ en la comparativa internacional. Si bien en términos de todos los precios de la economía se está lejos de ser de los países más caros del mundo, existió una fuerte suba de precios en dólares que hace que sobre todo los bienes estén muy caros», sostuvo.
Salarios mínimos en dólares UNDAV 27-05-24
UNDAV
Esto queda en evidencia al comparar el precio en dólares de algunos productos de la canasta básica. El litro de leche, por ejemplo, cuesta u$s1,47 en Argentina, más caro que en México (u$s1,24), Chile (u$s1,20) y Brasil (u$s1,17), mientras que en Colombia y Bolivia cuesta menos de un dólar.
Lo mismo sucede con el café, que cuesta u$s20,30 y es el más caro de toda la región. En el caso del paquete de fideos secos por 500 gramos, cuyo precio es de u$s1,13, es el segundo más elevado, solo por detrás de México (U$s1,24) y prácticamente en el mismo nivel que Chile (u$s1,12).
Precios comparados en dólares UNDAV 27-05-24
UNDAV
El informe subrayó que «la Argentina está atravesando un proceso inflacionario fuerte» combinado con «un proceso de encarecimiento en moneda dura que no es acompañado por los ingresos de la población. Consecuencia de ello, se incrementarán los hogares en situación de pobreza», concluyó.
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