Pablo Gitelli, montañista con más de 20 años de experiencia en la gestión y desarrollo de actividades outdoor de forma profesional, escribe en el sitio especializado Desnivel, un interesante artículo en el que plantea sus dudas sobre la causa de la muerte de los tres andinistas, dos de ellos pampeanos, que perdieron la vida en el volcán Marmolejo el pasado 30 de noviembre.
Los cuerpos de los tres andinistas fueron descubiertos el 4 de diciembre en este pico de 6.108 metros, por rescatistas chilenos. Los pampeanos Raúl Espir, quien era intendente de General San Martín y su amigo Sergio Berardo, junto al guía Ignacio Lucero fallecieron, presumiblemente de frío, pero Gitelli plantea en su nota de opinión, sus dudas sobre esta causa y reflexiona sobre la necesidad de analizar con profundidad el caso como una forma de homenaje a los fallecidos y también para la seguridad de futuras expediciones. Dice Gitelli: “En los últimos días, la comunidad montañista se ha visto conmocionada por éste trágico accidente en el cerro Marmolejo. Ante la falta de testigos y la necesidad de esclarecer lo sucedido, la discusión en redes sociales y blogs ha sido intensa, buscando entender las circunstancias que llevaron a esta tragedia”.
“La Cordillera de los Andes, siempre impredecible y desafiante, plantea retos únicos para quienes la exploran. El Marmolejo, con sus 6.108 metros de altura, se erige como un desafío considerable incluso para montañistas experimentados. En este contexto, necesitamos como comunidad obtener información detallada sobre el incidente, no solo como un acto de respeto hacia los fallecidos y sus allegados, sino también como un medio para aprender y prevenir futuros accidentes”.
“El punto de partida para éste análisis es el cuestionamiento sobre la posibilidad de que personas bien equipadas y con amplia experiencia para enfrentar la altitud y las bajas temperaturas en una montaña de 6000 metros pudieran sucumbir a la hipotermia de manera simultánea y repentina”.
“Latigazo del Diablo”.
Gitelli agrega que “destacar que uno de los puntos que ha generado mayor inquietud es la rápida sucesión de eventos que condujeron a la pérdida de vidas. El término ‘latigazo del diablo’ ha emergido en las discusiones, señalando un viento extremo con bajas temperaturas que, según algunos informes, podría haber causado el congelamiento en tan solo 11 minutos. Sin embargo, hablando con expertos y amigos montañistas veteranos, todos han expresado su escepticismo ante esta explicación, un término nunca antes escuchado, destacando la rareza de tales condiciones y la necesidad de un análisis más profundo”.
Y añade: “Al margen, y como dato curioso, recuerdo haber leído el cuento de Jack London Encender un Fuego, es una historia sobre un hombre que viaja solo por el territorio de Yukón en Canadá. El hombre, que es inexperto en la vida salvaje, se aventura en un camino solitario junto a su perro en un día extremadamente frío. A pesar de las advertencias de un viejo nativo, el hombre decide continuar su viaje. Desafortunadamente, el hombre cae en un arroyo y se moja íntegro. Sabe que debe calentarse de inmediato antes de que la hipotermia lo invada. Intenta desesperadamente encender la fogata, pero al momento de hacerlo la nieve que soportaba el pino bajo el cual se guareció se precipitó sobre la leña cuando la estaba encendiendo. Perdiendo toda posibilidad de calentarse. A medida que el frío se intensifica, el hombre lucha por sobrevivir en el clima implacable. El hecho es que no sobrevive, y podría decirse que entre el momento en que cae al agua y fallece pasan muy pocos minutos. No sabría si 11, pero sí que es una situación muy común en la zona y en esas condiciones… El cuento es un relato de supervivencia y una reflexión sobre la naturaleza humana y su relación con el medio ambiente”.
Preguntas.
Luego Gitelli plantea: “¿Pero cómo era la preparación y la experiencia de los montañistas?, ¿Cómo fueron las condiciones meteorológicas en la fecha del incidente? ¿Es posible que por influencia de fenómenos meteorológicos específicos en la región del Marmolejo pudiera cambiar tan drásticamente las condiciones meteorológicas? ¿Podrían haber dificultado la navegación y la visibilidad? ¿Las condiciones previas en la aproximación y los campamentos de altura pudieron generar un desgaste, que, junto al esfuerzo del ascenso a cumbre, mermara todas sus fuerzas?”.
“Podemos dar por hecho que la preparación, experiencia y el equipo técnico no han sido el motivo del accidente. Los tres disponían de botas dobles e incluso triples. Anoraks y plumones. Es decir, la vestimenta era la correcta, estaban perfectamente abrigados para enfrentar las condiciones climáticas que se presentaran. Los tres disponían de material de transito glaciar. Además, queda claro que no ha sido una grieta, un desprendimiento o una caída lo que sucedió. También habían tenido ascensos en cordillera a montañas más altas. Venían de hacer el Sajama en Bolivia, por ejemplo, de 6542 msnm. Seguramente podría afirmar que el grupo era fuerte, destacando que Ignacio era muy fuerte, y Raúl y Sergio eran fuertes”.
“En principio llama mucho la atención la disposición en la cual fueron encontrados los cuerpos. No solo la proximidad a la cumbre, cómo estaban separados unos de otros por 70 metros de distancia, sino también el hecho de que no había indicios de que se estuvieran protegiendo del viento y del frío. Y Sergio intentando continuar arrastrándose o en cuclillas. Desde mi perspectiva y por lo hablado con Pablo, Ignacio permaneció al medio tratando de estar atento a sus dos compañeros. Lo cual podría descartar que el guía haya sufrido una descompensación o cualquier tipo de afección. ¿La autopsia podría haber determinado este hecho? Pero si así hubiese sido, seguramente el cuerpo de Ignacio hubiera quedado a mayor altura que sus compañeros”.
Fuego de San Telmo.
“En la autopsia no se menciona nada relacionado a una lesión causada por rayos. No hay signos de quemadura, de entrada, ni salida. ¿Es posible que una descarga eléctrica de menor potencia que el rayo, como es el fuego de San Telmo, los haya alcanzado? Se trata de un fenómeno que se da cuando la atmósfera está eléctricamente cargada y, a veces se asocia con tormentas eléctricas y otros fenómenos como nevadas intensas o zonas volcánicas con alta carga electroestática. Muchas veces estos eventos provocan la alteración de las brújulas. Si bien las condiciones eléctricas que genera el fuego de San Telmo son las que se asocian a las tormentas, este fenómeno también puede producirse en campos eléctricos provocados por nevadas intensas y viento fuerte sin que exista una tormenta”.
“También entran en juego las condiciones meteorológicas de Mesoescala y Escala Sinóptica, que más allá de las distintas teorías, y fenómenos indescriptibles, podemos analizar con información concreta y de forma fehaciente realizando un reanálisis de la información disponible, por ejemplo, en el Servicio Meteorológico Nacional de Chile, a través de su página oficial. Y otras páginas especializadas de distintas universidades y servicios nacionales”.
“En un primer análisis de las cartas sinópticas de superficie muestra la presencia de buenas condiciones meteorológicas. Se distinguen algunos frente pero que no inciden en la región central. Se ve la formación de zonas de baja presión, asociadas a mal tiempo, en el centro de chile. Del lado argentino los días previos se ve la formación de tormentas eléctricas pero que desaparecen antes del accidente. Otro fenómeno importante y que es de relevancia es la aparición de la corriente en chorro y cómo se intensifica los días 28 y 29, se ven dos líneas -están graficadas con una flecha o línea negra gruesa, con dirección y velocidad indicada por barbas- a una velocidad de 110 nudos, unos 220 km/h. Es sabido la influencia de estas corrientes en alta montaña”.
“Profunda reflexión”.
“A medida que la información nos permita visualizar más datos y detalles, servirán para profundizar el conocimiento sobre estos factores en juego. También aprender de esta experiencia para mejorar la seguridad en futuras expediciones. La necesidad de análisis detallados, entrevistas a testigos y una evaluación exhaustiva de las condiciones meteorológicas son aspectos clave que se destacan en este proceso de búsqueda de respuestas”.
“En conclusión, la tragedia en el Marmolejo ha desencadenado una profunda reflexión en la comunidad montañista. En medio del dolor y la consternación, surge la determinación de comprender lo sucedido y utilizar esta experiencia para fortalecer las prácticas de seguridad en la montaña. La incertidumbre persiste, pero la búsqueda de respuestas y la conversación abierta son pasos fundamentales hacia la prevención de futuras tragedias en este entorno desafiante y majestuoso”.
Fuente La Arena
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