El gobernador Sergio Ziliotto se maneja con la cautela que le es propia, pero con más razón frente al nuevo escenario político, económico y social que asoma en el horizonte. Por eso mueve piezas de manera más bien conservadora en estas horas en que hizo leves modificaciones de su esquema ministerial y analiza designaciones en una danza de nombres, que por ahora tiene muchos misterios.
No hay ningún funcionario de jerarquía que ya sepa personalmente de su permanencia en el cargo: Ziliotto ni siquiera comunicó cuál es en ese sentido su idea para la gestión que viene. Si está clara la «continuidad de las políticas públicas», sea con los nombres que sea.
El jefe del Ejecutivo también avisó, para no traicionar, que habrá quienes terminen en un cargo que no es el de sus sueños: «no se enojen por el lugar en el que los ponga o las ponga», dijo el gobernador a sus equipos de trabajo.
Habrá confirmaciones, habrá cambios porque también algunas autoridades importantes hicieron saber su necesidad de dar un paso al costado y habrá rotaciones para «un nuevo impulso y que no existan aburguesamientos», según explica Ziliotto entre los suyos.
- Tiempos difíciles
Lo que se percibe en el gobierno provincial es la apuesta a una continuidad, pero también bajo la advertencia de que es un proceso dinámico y no un cierre definitivo: la Provincia busca «desensillar hasta que aclare» y algunas condiciones que por ahora son pura incertidumbre desnuden su verdadero rumbo.
El gobierno nacional de Javier Milei tiene mucho de incógnita, si bien se promociona su decisión ajustadora: quedan definirse de manera más clara las alianzas y los sectores que se sentirían parte de un oficialismo, para que también de ese modo se articule la oposición.
Quedan por conocer cuál es el real conocimiento del manejo del Estado que tiene el gobierno electo; cuál es el impacto de las medidas económicas, su consecuencia en la calle, la respuesta de las fuerzas de seguridad; y también quedan por conocer los alcances de la psicología presidencial. Todo está en proceso.
- El equilibrio justo
La Provincia busca sostener un equilibrio entre la responsabilidad en el manejo de fondos acotados y la necesidad de inyectar recursos para que no se caiga tanto el consumo.
El escenario de «estanflación» que anuncia Milei con naturalidad es el peor que pueda imaginarse: aumento de precios, tarifas, más inflación, pero además con parálisis de la actividad económica y sin plata en el bolsillo, ni circulando en el comercio. Eso, para la Provincia, tiene otra consecuencia directa: se recauda menos.
En ese contexto, La Pampa invertirá nada menos que unos $30.000 millones cuando se paguen los salarios y el aguinaldo en diciembre. Los $3.800 millones que Nación hace llegar a modo de compensación cubren un tercio del aguinaldo.
En el dificultoso panorama, Ziliotto resolvió andar en puntas de pie, sin tomar demasiados riesgos ni hacer ruidos. A contramano, por ejemplo, de lo que en Santa Rosa ya dispuso el intendente Luciano di Nápoli, que le pasó tijera a los cargos políticos y redujo la planta de puestos de autoridades en un 25%.
El gobernador, fiel a su estilo calculador, metió un par de modificaciones en la estructura del gabinete, sin grandes revoluciones: jerarquizó el área de Ambiente y del «Cambio Climático», porque está en la agenda y es también un modo de marcar diferencias con el negacionismo «libertario». Reconvirtió al área de Asuntos Municipales, a la que le bajó la impronta. Y no mucho más.
Respecto de los nombres, también está claro que el 10 de diciembre no habrá una caja cerrada, sino que se pueden registrar más cambios en los meses subsiguientes, de acuerdo a lo que se haga realidad. El gobierno de Milei estará en evaluación permanente, casi que día a día, así que con más razón el paso de los meses puede deparar novedades.
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