El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) está llevando a cabo una investigación sobre una posible defraudación ocurrida en su sede de la localidad de Anguil, ubicada sobre la ruta nacional 5. El caso está en manos de la Unidad de Auditoría que funciona en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde tratan de determinar lo ocurrido.
Esto último es lo único que este diario pudo confirmar ayer de parte de las autoridades locales del organismo nacional, las cuales remitieron a las oficinas de los auditores, en la Capital Federal. Sin embargo, este diario pudo saber de fuentes calificadas que, según las sospechas, unas tres personas vinculadas a la Estación Experimental Agropecuaria Anguil estaban vendiendo novillos terminados y ovejas Pampinta para beneficio propio.
Las fuentes explicaron que la sede de Anguil termina 1.500 novillos por año, algo así como una jaula por semana. Cada jaula tiene un valor aproximado de 12 millones de pesos. De acuerdo a la versión a la que accedió este diario, las ventas se realizaban a un frigorífico de nuestra provincia y a una cadena de carnicerías.
Una de las personas sospechadas del ilícito fue separada de la Cooperadora del INTA Anguil y otra de ellas pidió una licencia. En la investigación no se descarta que hubiera un “negocio” similar en torno al centeno.
La Estación Experimental Agropecuaria del INTA en Anguil, que data del año 1954, es un centro de referencia en cuanto al uso y tratamiento del suelo, especialmente para evitar la erosión provocada por el viento. De hecho su existencia es anterior a la organización del INTA. Es la principal dependencia que el organismo tiene en toda la provincia.
El trabajo experimental también ocupa áreas como la forestación, la explotación ganadera, la búsqueda de forrajeras apropiadas para la región y la formación de profesionales.
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