Pese a que el comercio externo registró hasta el año pasado excelentes resultados en materia de superávit de divisas, el Banco Central no logró acumular reservas en igual magnitud. Los pagos en importación de energía, el “festival” de cautelares para el conseguir dólares para importaciones prescindibles se sumaron a un factor fundamental que impidió capitalizar este superávit comercial: el drenaje de divisas para la cancelación de la deuda del sector privado. Según las cifras del propio Banco Central estiman que los pagos de intereses y préstamos financieros del sector privado acumularon 24.698 millones de dólares entre 2020 y 2022. “Esta situación no se modificó en 2023 ya que en el primer cuatrimestre ese déficit neto alcanzó a 2424 millones de dólares cuando en el mismo período de 2022 había sido de 2679 millones”, según un relevamiento realizado por Eduardo Basualdo, Pablo Manzanelli y Leandro Bona para el Cifra–Flacso.
El problema se arrastra desde la liberalización total del mercado cambiario que llevó adelante el Gobierno de Cambiemos, permitiendo a las empresas tomar deuda incluso con sus casas matrices en dólares. “Es tan evidente que esta situación obedece a la crisis de la deuda heredada del gobierno anterior como el hecho de que la forma que asumió su resolución en el gobierno actual fue, por acción u omisión, concesiva al gran capital concentrado interno que, como se verá más adelante, es el determinante en la emisión de la deuda”, aseguró el informe de los autores.
La elevada carga de vencimientos de deuda externa privada heredada del macrismo obligó al BCRA a ir estableciendo un conjunto de regulaciones para limitar el acceso al mercado de cambios por este concepto, en vistas de evitar una demanda que podría resultar disruptiva para el funcionamiento del mercado de cambios. Por ejemplo, se restringió el pago de deuda de una empresa a otra empresa vinculada (sea esta del mismo grupo, su controlada o controlante).
Las empresas tienen también la obligación de utilizar los dólares propios (activos externos líquidos depositados en el exterior) antes de poder comprar divisas para pagar deudas financieras o comerciales (por importaciones) y solo pueden acceder al mercado para pagar deuda que está declarada y documentada y, a partir de 2020, que fue liquidada en el mercado de cambios. Por último, están obligadas a refinanciar al menos 60 por ciento de los vencimientos de deuda a un plazo promedio mínimo de dos años (se excluye de la obligación a las deudas inferiores a 2 millones de dólares.
Las firmas más endeudadas
Las mayores regulaciones no lograron cortar la constante sangría de divisas hacia las grandes empresas, debido a lo alto de su endeudamiento. En cuanto a la concentración, apenas 20 firmas (16 propietarios) explicaron el 95,6 por ciento de las emisiones de obligaciones negociables desde enero de 2020 hasta 2022, siendo que las emisiones de YPF (y de su controlada Central Térmica Ensenada Barragán) representaron el restante 26 por ciento de las colocaciones del período.
Los grupos locales más endeudados, según el relevamiento, son actualmente: Eurnekián a través de sus controladas Aeropuertos Argentina 2000 y Compañía General de Combustibles, Roggio (CLISA), el grupo agropecuario Uribelarrea (MSU y SPI Energy), Clarín (Telecom), Elsztain (IRSA y Cresud y su vinculada Banco Hipotecario), Petroquímica Comodoro Rivadavia (y su controlada Luz Tres Picos), Arcor, Midlin (Pampa Eergía), Madanes (Aluar), Mastellone y Albanesi. En conjunto contabilizaron emisiones por 5884 millones de dólares que representaron el 53,7 por ciento del total de colocaciones de obligaciones negociables del período 2020-2022.
“De tal forma, la cancelación del capital y el interés de la deuda del sector privado consumieron buena parte del importante excedente comercial que se registró en el período 2020-2022, configurando, junto a otros factores, un escenario de escasez de reservas internacionales que en la actualidad constituye una de las principales limitantes para el sostenimiento del crecimiento económico y de la recuperación salarial”, señaló el informe de Cifra-Flacso.
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Durante los primeros tres años del gobierno del Frente de Todos ingresaron divisas por 45.537 millones de dólares en concepto del saldo comercial de bienes. Por su parte, como se dijo anteriormente, la salida de divisas para la cancelación de la deuda del sector privado ya que los pagos de intereses y préstamos financieros del sector privado acumularon 24.698 millones de dólares entre 2020 y 2022.
“Vale la pena remarcar que, a pesar de las políticas que desplegó el Banco Central para forzar la restructuración de la deuda del sector privado a fines de 2020, las divisas orientadas a tal fin no se redujeron significativamente. En el bienio 2021-2022 los pagos por intereses y capital de deuda del sector privado contabilizaron en promedio 7719 millones de dólares, en tanto que en 2020 habían registrado 9.260 millones de dólares. Es decir, una reducción de apenas 1.541 millones de dólares por año”, sostuvo el documento. .
El documento de Basualdo-Manzanelli-Bona publicó una aproximación a ese universo de firmas es observando cuáles fueron las que emitieron deuda en moneda extranjera durante los últimos años y que, a modo hipótesis, tuvieron que demandar divisas al Central para cancelar las amortizaciones y los intereses que devengaron las mismas. Las cifras fueron cruzadas con las publicadas por la Comisión Nacional de Valores, que informa sobre emisiones de obligaciones negociables en moneda extranjera.
En esta aproximación se constata que las obligaciones negociables constituyen el instrumento más utilizado por las grandes empresas ya que acumula en promedio el 71,3 por ciento de su financiamiento en el período 2015-2022. Su preponderancia se profundiza durante el trienio 2020-2022 donde su incidencia alcanza al 87,4 por ciento en promedio. Los títulos de deuda representaron en promedio el 38,9 por ciento de la deuda financiera del sector privado en el período 2015-2022 en el Banco Central.
En el período bajo análisis alrededor de 130 empresas de origen o radicadas en Argentina emitieron obligaciones negociables en moneda extranjera. En total, se realizaron colocaciones por 28.371 millones de dólares, con tasas y plazos variables pero caracterizados por un horizonte relativamente acotado de pago (un promedio de alrededor de 3,7 años) e intereses elevados en dólares que promediaron el 8 por ciento anual. Durante la administración Cambiemos se advierte un ascenso en las colocaciones, en especial durante sus dos primeros años, pero con tasas más elevadas que las que obtuvieron en 2015.
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“Esta concentración se acentúa si se considera que en varios casos se advierte que dos empresas tienen el mismo accionista mayoritario y por ende ejercen el control: Midlin con Pampa Energía y Transportadora Gas del Sur, el Grupo Elsztain con IRSA y Cresud, el Grupo Clarín con Cablevisión y Telecom, el Grupo Eurnekián con Aeropuertos Argentina 2000 y Compañía General de Combustibles, el Grupo Galicia con el Banco y Tarjeta Naranja. Así la cantidad se reduce de 25 firmas a 20 propietarios, que también tienen alguna empresa vinculada en la nómina (es el caso de Elsztain y su participación en TGLT y el Banco Hipotecario o de Brito del Banco Macro en Genneia)”, señaló el informe.
En efecto, la elevada concentración del endeudamiento externo del sector privado en grandes empresas y grupos económicos y la magnitud de esos vencimientos en este último período (más de 10.000 millones de dólares con un solo instrumento: las obligaciones negociables), “invitan a reflexionar en torno a la política desplegada en tiempos de elevado superávit comercial y menores erogaciones al Fondo Monetario Internacional”, concluyen los autores del informe.
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