A la directora de Lady Bird y Mujercitas le gusta arriesgar. No se conforma con hacer siempre la misma película y en esta oportunidad tuvo la chance de apostar a lo grande con Barbie. A medida que iban saliendo más noticias, imágenes y adelantos, se convirtió en una de las películas más esperadas del año que comparte estreno con otra en las mismas condiciones: Oppenheimer. Ambas aprovecharon su contrapunto para fortalecerse en una exitosa campaña de marketing y con toda la expectativa del público acumulada, el film protagonizado por Margot Robbie y Ryan Gosling está a la altura de su promoción con una historia divertida, estéticamente impecable y un fuerte mensaje para diferentes generaciones de mujeres.
Greta Gerwig tuvo la chance de tomar una de las muñecas más importantes del siglo pasado, un elemento consolidado de la cultura pop, para crear una película que parte desde un error en la matrix: Barbie empieza a sentir cosas de humana. Los síntomas van desde tomar consciencia de la muerte, levantarse con mal aliento y hasta encuentra celulitis en su cuerpo. Una tragedia para una muñeca que nació desde la perfección y que deberá solucionarlo por su salud mental.
A partir de ahí, la Barbie clásica (Margot Robbie) deberá abandonar Barbieland (un mundo lleno Barbies, Kens y otros personajes de la línea de muñecos de Mattel) para ir al mundo real y volver a conectar con la dueña de su muñeca que es, aparentemente, lo que está modificando su vida y su presente. Pero este viaje no lo hará sola, sino que estará acompañada por el Ken clásico (Ryan Gosling) que solo vive si ella se fija en él. La aventura al mundo real será un viaje, como mínimo, de descubrimiento personal para ambos.
Vivir en la tierra de Barbie es ser un ser perfecto en un lugar perfecto. A menos que tengas una crisis existencial total. O seas un Ken.
A partir de este incidente y posterior viaje de sanación, las aventuras de estos dos personajes estarán marcadas por divertidas secuencias en un claro contrapunto a lo que propone Barbieland: el rol de la mujer en la actualidad, el comportamiento de los hombres, pero más aún la importancia (o falta de ella) que tiene la muñeca en la actualidad. Profundizar más en la historia sería arruinar la experiencia del espectador.
La propuesta de la directora es interesante en muchos sentidos. No solo aborda los ideales de la muñeca (y sus diferentes versiones) cuando se creó, sino también el cambio de era en el mundo real y lo que significa una Barbie en el 2023. También sabe diferenciar entre el impacto que tiene para una mujer nacida en los 70/80/90 a una del nuevo siglo. Y todo eso sin negociar diversión o logrados momentos musicales.
Vivir en la tierra de Barbie es ser un ser perfecto en un lugar perfecto. A menos que tengas una crisis existencial total. O seas un Ken.
Hay otros aspectos en los que se luce la película: estética y visualmente es impecable. Barbieland y todos sus personajes están realmente como salidos de la fábrica de Mattel (no se pierdan el brillante papel de Will Ferrell como el CEO de la compañía). Desde Simu Liu a Issa Rae, pasando por Michael Sera que no interpreta a una variante de Ken sino a Allen, un muñeco del universo Barbie que no tuvo demasiado éxito, pero allí está aportando lo suyo a esta historia. Vestuario, maquillaje, peinado, escenarios, todo funciona para crear este universo de fantasía.
En cuanto al relato, la película funciona muy bien de principio a fin (salgo algunos minutos que se vuelve bastante repetitiva). Va desde la construcción de su propia diégesis, luego una comedia de enredos de dos personas de otro mundo en la sociedad actual y cerca del final toma otro tono sin negociar lo que venía construyendo. Sólido y arriesgado guiÓn coescrito entre Gerwig y su marido, el director y escritor Noah Baumbach (Historia de un matrimonio) que plantea diferentes discusiones con un fino equilibrio entre el presente de las mujeres, su representación, levemente abordada la relación entre madres e hijas y cómo ha evolucionado o no uno de los productos más importantes de la cultura pop del siglo pasado.
Barbie llega esta semana a los cines con varios puntos a favor que van desde la elevada propuesta estética, excelente dirección de actores, buenos números musicales y, sobre todo, una historia sobre mujeres: el empoderamiento femenino, la historia de una madre y su hija con diferentes perspectivas sobre el mismo objeto, pero, y aquí el acierto, sin negociar el tono, la propuesta y el uso de esta figura tan icónica como polémica. Para cerrar: Margot Robbie y Ryan Gosling nacieron para estos papeles.
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