“Estoy dolido”. Es lo primero que dice Alfredo Fernández, el intendente de Quemú Quemú, en una entrevista para analizar los resultados de las elecciones, las internas, el supuesto fin del “dedo” en el peronismo y de la decisión de bajarle su lista.
Fernández llegó a la intendencia en 2015 -fue reelegido en 2019- luego de una trayectoria de 25 años en diferentes instituciones intermedias, como la cooperativa Cosypro, los clubes Argentino y San Martín y el cuerpo de los bomberos voluntarios. “Llegué como independiente. Eso nunca lo negué. Me afilié al PJ, pero todos saben que fui convocado por mi actividad como independiente”, sostiene.
El jefe comunal tiene una relación conflictiva con los concejales del propio peronismo. De hecho, no se hablan.
En ese marco de fuerte interna, el peronismo de Quemú -dominado principalmente desde 1987 por Rodolfo “Fito” Calvo– perdió el 14 de mayo, luego de décadas de controlar la localidad.
Fernández pretendió competir en la interna, pero le bajaron el pulgar, con la excusa de que no había presentado los certificados de libre deuda de las cuotas alimentarias de los precandidatos. En otros pueblos, sin embargo, ese filtro se omitió.
De esa manera, solo se presentó la lista “oficialista” encabezada por el exintendente Daniel Bonetto y apoyada por Calvo. Fue derrotada por Francisco Tassone, de Juntos por el Cambio.
Fernández dice, frente a estos resultados de los comicios, que está “dolido” por los “golpes bajos” de determinados políticos y se esperanza con que, de ahora en más, haya más horizontalidad y se ponga fin al dedo para elegir a los postulantes, como prometió Ziliotto. “Me bajaron la lista y me aparté. No trabajé en la campaña”, aclara. “Pero muchos peronistas, con lágrimas en los ojos, me vinieron a decir que votaron a la oposición”, agrega.
“¿Por qué estos resultados adversos al peronismo en tantas localidades? Entre otras cosas, porque los partidos no representan a nadie y la gente elije a la persona más que al partido. Los funcionarios públicos a veces se olvidan que son empleados de la gente y que deben estar cerca de ella”, dice.
“Cada vez estoy más convencido de que hoy no es cuestión de plata. La gente lo que quiere es el acompañamiento y quiere que se administren bien los fondos. Yo creo que eso fue lo que me hizo ganar las dos elecciones que gané (NdeR: 2015 y 2019). Ahora se perdió la intendencia y se perdió un concejal. Yo venía planteando hace tiempo que estas cosas así no se manejaban. La gente se fue enojando por la bajada de la lista mía… Después, el gobernador vino a Quemú y yo me enteré por comentarios de la gente, porque nunca me avisaron…. Luego, se manejó el Anses por fuera de la municipalidad, los créditos productivos por fuera de la municipalidad… La entrega de las tablets fue vergonzosa cómo se hizo: quedé ‘repintado’ en un acto público… Todas esas cosas fueron repercutiendo en el malestar de la gente. Y bueno, la gente, cuando llegó el momento del día de la elección, uno no tenía que ser muy politólogo para saber lo que iba a pasar. Uno siempre fue a decir las cosas que pasaban y yo creo que nunca fui escuchado... Y yo creo que muchos colegas intendentes piensan lo mismo, porque a varios les ha pasado esto… La gente hoy quiere trabajar y quiere vivir con dignidad, no quiere plata en la campaña. Los funcionarios somos empleados de la gente y tenemos que estar a la altura y cerca de la gente. Que esa es otra de las cosas que acá me achacaban a mí: que yo no estaba cerca de la gente… Evidentemente, le falló el pronóstico, porque supuestamente la campaña era que tenía que estar cerca de la gente y que no conocía la realidad de la gente. El diagnóstico les falló. Entonces, por eso uno cada vez está más tranquilo de lo que dice, porque es lo que pasó”, sostiene.
-Se lo nota dolido.
-Sí estoy dolido porque uno está acostumbrado a gestionar, no está acostumbrado a todas estas cosas yo creo que, sobre todo en los pueblos donde nos conocemos todos sabemos quién es quién. Uno tiene 56 años y creo que tiene una conducta, mal o bien, con errores, por supuesto, pero una conducta de dignidad y de valores, pero bueno no la valoraron sobre todo en provincia. Decidieron seguir a otra gente que también la conocen… Y la conocen en el pueblo, por eso nos fue como nos fue… Entonces, eso es lo que a uno le duele. Y cuando ahora decimos que a los 40 años de democracia que hay que participar, que te bajen la lista a dedo, por una cuestión de la cuota alimentaria, me parece…
–Ahora Ziliotto está hablando de que se viene un periodo de mayor horizontalidad en el peronismo. ¿Qué piensa al respecto?
-Ojalá que se cumpla. Yo esto lo vengo escuchando hace rato.
–¿Ha hecho también una autocrítica por lo que ha atravesado?
-Yo en un momento empecé a ser ladeado. Yo creo que a mi me tocó gobernar los dos periodos con el concejo (deliberante) en contra. Creo que a pesar de todo eso, uno ha tratado de hacer las cosas ordenadamente y por eso he funcionado como he funcionado los ocho años, perdón, donde hoy estamos haciendo un montón de obras como recursos propios, o sea, que hemos sabido administrar el municipio a pesar de las situaciones que nos han tocado vivir y nunca me escuchaste hablar de la pandemia, de la inflación o de la sequía. Yo nunca me quejé de eso, nunca me escudé de eso, y sin embargo hice un montón de cosas. La gente que ahora se presentó en la lista que perdió, es parte del gobierno actual, y nunca se acercaron conmigo a hablar. Decían que conmigo no se podía hablar. Yo tengo las puertas abiertas acá, pueden preguntar a todo el empleado que está acá adentro, que viene cualquier y puede hablar conmigo. Quemú es un pueblo pujante, con mucho laburo. La gente lo que quiere es trabajar. No le interesaba la pelea que estuviera con Juan, con Pedro, con Pablo, si sos de derecha o de izquierda. Como autocrítica, por ahí los intendentes no decimos las cosas… Yo las digo ante las personas que corresponden. El martes hubo una reunión de intendentes y a mi no me invitaron. Si yo hubiera ido a la reunión, tal vez ante 50 o 60 personas, no lo digo. ¿Por qué? Porque todos tenemos miedo que después puede venir la represalia. Y no tiene que ser así. He hablado con varios intendentes, que se fueron enojados de esa reunión porque había cuestionamientos que, luego, nadie dijo.
– ¿Cómo ha sido la relación con el Gobierno provincial?
-En el tema de la obra, medianamente se ha hecho lo que se ha pedido. Y muchas obras las hicimos con fondos propios. Sí el Gobierno me ayudó para hacer 15 cuadradas de asfalto y para comprar algunos terrenos.
– ¿Y cuál es una obra necesaria, urgente?
-Hoy por hoy, una de las cosas que vamos a tener que solucionar a corto plazo, y que entonces lo presentamos en el Ministerio de las Públicas, es para la readecuación o recambio de todo lo que es el sistema agua potable subterráneo, que ya tiene 40 años y pico…, 50 años… En la cooperativa (NdeR: a cargo de la distribución) se dice que se pierde el 40% del agua potable. Entonces es una obra que presentamos el año pasado en Obras Públicas para que, a su vez, sea presentada ante Nación. Hay que esperar. También presentamos un proyecto para un desagüe de 3 kilómetros a la par del Club Argentino, que hay que entubar. Otro proyecto es relocalizar el basurero.
-Quemú ha sufrido, con el incremento de las lluvias y la consecuente inundación, un aumento de las napas. ¿En qué quedó la obra para canalizar los excedentes de los bajos contemplados en la Obra de los Daneses hacia el Meridiano V?
– En efecto, eso no lo está resuelto. Es otra cosa que está pendiente. Yo tengo cinco o seis notas presentadas y no he tenido respuestas concretas. Se trata de una canalización desde la llamada Laguna de Cobreros hacia el Meridiano V (NdeR: es decir, hacia provincia de Buenos Aires).
También Fernández habla de la “idiosincrasia” del quemuense, dispuesto a emprender. “Hay muchas Pymes que dan mucho trabajo. En la provincia eso no lo conocen, porque no vienen… O se dejan engañar por comentarios de gente que después así les va… Cuando yo entré en el 2016, había 81 personas trabajando en la municipalidad. Hoy, se han jubilado un montón, y tenemos casi la misma cantidad, pero con más servicios”, cuenta.
–¿Cuántas Pymes hay en Quemú?
-En industrias hay alrededor de 30 o 30 y pico de industrias. Tenemos metalmecánica, fábricas de piletas, de caños de agua, de aberturas, de casas, de tanques de agua. El año pasado, según un informe, teníamos 36 industrias, con 350 puestos de trabajo directo y con una facturación anual de 1800 millones de pesos. La venta se hace más o menos en veinte provincias, en veinte provincias argentinas. Eso a mí me llena de orgullo, y eso no es mérito mío. Es mérito de la gente, de la idiosincrasia de la gente acá, que es muy emprendedora.
Deja tu comentario!