El pasado 26 de mayo el papa tuvo que anular su agenda por tener fiebre, pero el día siguiente reapareció en buen estado de salud y continuó con sus actividades.
A fines de marzo pasado, Francisco había permanecido tres noches internado en el hospital Gemelli de Roma por «una pulmonía aguda», según explicó durante el vuelo de regreso de su viaje a Hungría.
«Lo que he tenido es que me sentí mal después de la audiencia, no quise comer y me fui a dormir, pero no perdí el sentido, sólo tenía fiebre alta», indicó acerca de su hospitalización que fue la segunda en el centro de salud luego de que el 4 de julio de 2021 fue operado del colon, quedó hospitalizado durante diez días y tuvo una lenta recuperación.
Desde entonces, el papa también tuvo un problema en su rodilla derecha que lo obliga a caminar con un bastón, pero dijo en varias oportunidades que no se quiere operarse.
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