Natalia Pastorutti tiene dos hijos: Pascual y Salvador. Ambos son fruto de su vínculo con Andrés Manini y tienen una excelente relación tanto con su tía, La Sole, como con sus primos. Tal es así, que ambas familias viven en un mismo predio, pero en casas separadas.
Natalia Pastorutti: sus hijos y su vida por fuera de la música
Natalia Pastorutti nació el 15 de agosto de 1982 y con apenas 12 años alcanzó la fama de la mano de su hermana mayor, Soledad Pastorutti y la histórica presentación que ambas hicieron en el Festival de Cosquín. Con el paso de los años, Natalia acompañó a La Sole en su carrera y, de forma paulatina, se fue distanciando para construir así su propio camino como solista.

Al mismo tiempo, llevó adelante una carrera académica que poco y nada tiene que ver con el mundo artístico. Natalia es abogada y escribana, en la actualidad se encuentra estudiando sociología y también se muestra interesada en aprender idiomas como el inglés y el italiano.
En cuanto a su vida privada y familiar, la hermana menor de las Pastorutti se encuentra casada desde el 2014 con Andrés Manini, hombre de quien se enamoró hace 25 años. Juntos tienen dos hijos, Pascual y Salvador, y estos mantienen un excelente vínculo con su tía y con sus primos.
Natalia Pastorutti y La Sole: así es la relación entre ellas y entre sus respectivas familias
Tanto Natalia Pastorutti como La Sole, siempre dejaron bien en claro que entre ellas existe una excelente relación, tanto a nivel personal como profesional, y que las mieles del éxito y de la fama nunca confundieron su vínculo. En una entrevista, la autora de discos como Me dejo andar y Fui yo aseguró que sus padres y la crianza que les brindaron fueron fundamentales para que ambas sean tan unidas.
Al mismo tiempo, manifestó que la buena relación tiene que ver con sus personalidades, si bien cada una tiene la propia y en muchos aspectos son distintas. Todo esto se hace extensivo también a los hijos de cada una (Soledad tiene otros dos). Las tres familias (la de Natalia, la de La Sole, y los padres de ambas) viven en sus respectivas casas, pero dentro de un mismo predio. Allí, los primos pasan mucho tiempo juntos y se dividen entre una casa y otra. “Nuestros hijos lo disfrutan mucho”, indicó Natalia en relación a este estilo de vida.
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