Calderón comentó que en la comisaría hay cinco celdas para dos detenidos cada una. En el momento de la fuga había nueve. También posee una sala de visita y un patio para recreación de tres metros de ancho por diez metros de largo. Sobre una de esas paredes fue que hicieron «un boquete» de 25 por 35 centímetros a unos tres metros de altura por «el cual aprovecharon para salir».
El comisario remarcó que «se hace un control y hay un cabo de guardia. Evidentemente tenemos la situación real de que a veces el detenido está estudiando todo tipo de movimientos y en base a eso se hacen distintos cambios de manejo de rutina. En este caso está bajo investigación el tiempo que pueden haber tardado en hacer ese boquete, puede ser inmediato o tardar más de un día. En esta situación se da intervención a la Justicia y a la FIA (Fiscalía de Investigaciones Administrativa)».
- El mismo control
Calderón indicó que a todos los detenidos se los somete al mismo tipo de control. «El cuidado está, tiene que estar, pero evidentemente en este caso este chico debe tener la capacidad de poder encontrar algún punto débil como para poder evadirse», explicó.
El momento donde ocurrió la fuga era dentro del horario de recreación, el cual se extiende hasta las 23.30. Consultado sobre la posibilidad de obtener ayuda interna, afirmó: «Yo no descarto, porque va a haber una investigación. Personalmente confío en la gente que trabaja en la Tercera, en los jefes y el persona. Pero uno no puede descartar situaciones porque no está en el día a día permanentemente».
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