Un hombre se subió a su vehículo en Córdoba, lo puso en marcha y cuando intentó maniobrar, el auto explotó. Por fortuna, el conductor pudo salir, no sufrió heridas de gravedad y fue en busca de ayuda. Con la ayuda de una vecina, pudo terminar con el fuego y no se convirtió en un accidente.
Carlos consideró que fue una desgracia con suerte porque solo se quemó las manos, el pantalón y el pelo, pero no sufrió ninguna herida grave. Una vecina fue de utilidad al alcanzarle un matafuego para poder calmar las llamas que se produjeron.
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