Nuevamente Cássio entró en escena y le tapó a Juan Ramírez -único cambio de Sebastián Battaglia- el octavo penal de Boca. De esta manera, el zaguero Gil cambió por gol la última ejecución de Corinthians y el Xeneize quedó eliminado en su casa. Además de los dos penales atajados, Rossi estuvo muy cerca de desviar los últimos dos del Peixe.
Cuando terminó el partido, jugadores, cuerpo técnico, dirigentes e hinchas de Boca sintieron el golpe de la eliminación. Pero el más afectado, sin lugar a dudas, fue Benedetto, quien rompió en un llanto desconsolado en pleno campo de juego y se autopercibió culpable de la caída del Xeneize en la Libertadores por los dos penales desperdiciados.
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