En esta localidad, los productores apícolas y la Cooperativa de Servicios Públicos (Cosedo) están celebrando una cosecha de miel que apunta a transformarse en récord, pero que más allá de los números finales ya está cumpliendo con el objetivo de generar trabajo y un gran movimiento económico en la localidad.
El presidente de la Cosedo, Jorge Páez, informó que la planta extractora de la entidad trabajó a pleno, con dos turnos que van desde las 4 de la madrugada a las 9 de la noche dando empleo a una docena de personas.
El intenso movimiento tiene que ver con una temporada que tuvo «una primavera lluviosa, con intensa floración» y que pese a un enero muy seco y extremo en temperaturas continúa generando miel». Indicó al respecto que «desde la planta, donde estamos extractando a unos 60 productores, tenemos que dar rápidas respuestas, las colmenas se están llenando al cabo de siete u ocho días».
En plena fajina, no han revisado todavía los números, pero vislumbran que «como viene la mano y teniendo en cuenta la cantidad de productores que traen sus alzas, vamos en ese camino desde que la cooperativa está en la actividad», dijo Páez. Contó que «ya el año pasado las cosas se veían mejores, se sumaron muchos productores y los más antiguos pudieron afianzarse y crecer en cantidad de colmenas, por eso no nos extraña esta actualidad aprovechando un gran año en lo climático».
Agregó que «se ve un movimiento increíble. En la sala tenemos dos grupos trabajando, uno desde las 4 de la madrugada y el otro toda la tarde, hasta las 9 de la noche y no paramos ni sábados ni domingos».
Indicó que «esto sin dudas es de un gran impacto social, porque a los puestos de trabajo que generamos nosotros hay que agregarle que los productores ocupan dos o tres personas para la cosecha y los traslados». Destacó que «falta gente, el que quiere trabajar puede, pero también hemos tropezado con la pandemia y los casos positivos y los aislados».
Respecto de la comercialización, el dirigente informó que están haciendo operaciones. «La gente vende, al menos una parte porque debe hacer frente a los gastos propios de la cosecha, pero también invierte en su misma actividad productiva y en otras cosas, por lo que el movimiento de dinero se nota en un pueblo chico como Doblas», definió.
Objetivo cumplido.
Para Páez, «esta realidad hace que veamos cumplidos los objetivos que la cooperativa se propuso desde el comienzo de este proyecto. Nosotros cobramos una comisión por la extracción y por la comercialización, que no es muy importante y es menor a la que se maneja en el sector privado».
Especificó que «si al productor le va bien, a nosotros también. La intención es quedarnos con un margen que nos permita cubrir nuestros costos, dar trabajo y que quede algo para invertir, pero lo que siempre nos da bien es el balance social».
Dijo que a la planta le falta «inversión en infraestructura. Tenemos que cerrar galpones, poder descargar bajo techo y especialmente tener más espacio en la sala, poder trabajar más cómodos. No sé si alcanza con lo recaudado, no creo, pero veremos de qué manera podemos hacer esas obras».
Fuente: Diario La Arena
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