El papa Francisco convocó este sábado a «proteger a las mujeres» y consideró que la violencia contra ellas «es ultrajar a Dios», al encabezar en el Vaticano la primera misa del año.
«Y mientras las madres dan la vida y las mujeres conservan el mundo, trabajemos todos para promover a las madres y proteger a las mujeres», pidió el pontífice al celebrar en la Basílica de San Pedro la Misa de la solemnidad de María Santísima Madre de Dios.
«Cuánta violencia hay contra las mujeres; basta», enfatizó luego Jorge Bergoglio durante la celebración también alusiva a la Jornada Mundial de la Paz, para la que a mediados de diciembre dedicó un mensaje con el lema «Diálogo entre generaciones, educación y trabajo: instrumentos para construir una paz duradera».
En su primera misa de 2022, el Papa sentenció además que «herir a una mujer es ultrajar a Dios, que tomó la humanidad de una mujer, no de un ángel, no directamente».
«Esta época de pandemia ha aumentado la sensación de desconcierto en todo el mundo»
A fines de diciembre, en una entrevista con el canal 5 de Italia, el Papa ya había calificado como «casi satánico» al problema de la violencia contra las mujeres.
«El número de mujeres golpeadas, maltratadas en el hogar es tan, tan grande, incluso por su marido. El problema es que para mí es casi satánico, porque es aprovecharse de la debilidad de quien no puede defenderse, solo puede detener los golpes. Es humillante, muy humillante», criticó entonces.
En el mensaje divulgado el mes pasado en ocasión de la 55 Jornada Mundial de la Paz que se celebra, Francisco había pedido que la política tuviera un «rol activo» para promover «mayores ofertas de trabajo digno», al que consideró «indispensable para construir y mantener la paz».
«El trabajo es un factor indispensable para construir y mantener la paz; es expresión de uno mismo y de los propios dones, pero también es compromiso, esfuerzo, colaboración con otros, porque se trabaja siempre con o por alguien», desarrolló en el texto.
«El trabajo es un factor indispensable para construir y mantener la paz; es expresión de uno mismo y de los propios dones, pero también es compromiso, esfuerzo, colaboración con otros»
Este sábado, el Papa centró su homilía en la «meditación» que -según la tradición católica- tuvo María, indicada como madre de Jesús.
«Esta mirada inclusiva, que supera las tensiones conservando y meditando en el corazón, es la mirada de las madres. Es la mirada con la que muchas madres abrazan las situaciones de los hijos», desarrolló el Papa.
Así, para Francisco, se trata de «una mirada concreta, que no se desanima, que no se paraliza ante los problemas, sino que los coloca en un horizonte más amplio».
«Vienen a la mente los rostros de las madres que asisten al hijo enfermo o en dificultad. Cuánto amor hay en sus ojos, que, mientras lloran, saben comunicar motivos para seguir esperando», amplió luego desde el Altar Central de la Basílica.
«Su mirada es una mirada consciente, que no se hace ilusiones y, sin embargo, más allá del sufrimiento y de los problemas, ofrece una perspectiva más amplia, la del cuidado, la del amor que renueva la esperanza», agregó Bergoglio y planteó: «Esto hacen las madres».
«Vienen a la mente los rostros de las madres que asisten al hijo enfermo o en dificultad. Cuánto amor hay en sus ojos, que, mientras lloran, saben comunicar motivos para seguir esperando»
«La Iglesia es madre, la Iglesia es mujer», añadió luego. Las madres, para el Papa, «saben superar obstáculos y conflictos, saben infundir paz».
«Así, logran transformar las adversidades en oportunidades para renacer y crecer. Lo hacen porque saben conservar, saben mantener unidos los hilos de la vida», destacó.
«Necesitamos personas que sean capaces de tejer hilos de comunión, que contrarresten los alambres espinados de las divisiones, que son demasiados», enfatizó.
«Las madres, las mujeres, no miran el mundo para explotarlo, sino para que tenga vida. Mirando con el corazón, logran mantener unidos los sueños y lo concreto, evitando las desviaciones del pragmatismo aséptico y de la abstracción», agregó.
El viernes, en su última homilía de 2021, el Papa había denunciado «la tentación del sálvese quien pueda» que hubo en todo el mundo para afrontar la salida de la pandemia de coronavirus.
«Esta época de pandemia ha aumentado la sensación de desconcierto en todo el mundo», dijo además el pontífice durante las denominadas Vísperas y Te Deum de agradecimiento por el año que pasó.
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