¿Qué es la evaluación ciclada y formativa?, ¿los estudiantes ya no repiten más los cursos?, ¿la nota numérica al final de cada grado no existe mas?, ¿no hay más abanderados? La educación avanza hacia un paradigma más inclusivo, cuestión que la pandemia aceleró porque quedaron en evidencia las condiciones de aprendizaje desiguales entre los estudiantes.
Todas estas cuestiones, que son difíciles de entender porque nos hemos quedado en un sistema educativo antiguo, fueron explicadas por la subsecretaria de Educación, Marcela Feuerschvenger. En primer lugar, remarcó que desde el año pasado cambiaron las prioridades para pasar del nivel primario al secundario. Anteriormente, el tener un hermano mayor en algún colegio, le permitía a los hermanos menores continuar en el mismo; o los estudiantes abanderados podían elegir en qué institución llevar adelante sus estudios.
«A partir del contexto de pandemia y teniendo en claro que las condiciones de aprendizaje son diferentes, en el año 2020, no tuvimos a los abanderados en la escuela primaria como prioridad para el ingreso al nivel secundario, es decir que no se les entregó la constancia. En el 2020 sacamos ese requisito y en el 2021, más allá de que volvimos a la presencialidad, mantuvimos esta decisión», señaló la subsecretaria.
Bandera de ceremonias.
Pero lo que era difícil de entender es qué sucedía con la bandera de ceremonia en los actos si no hay abanderados. Feuerschvenger señaló que «todos los estudiantes tienen derecho de estar en la bandera porque nos identifica a todos». «Nosotros decimos que todos los alumnos transiten por la bandera, desde el acto escolar hasta los momentos de su izamiento. Sacamos ese criterio de que a la bandera acceden un grupo reducido de alumnos», desarrolló.
– ¿No habrá más abanderados o de ahora en más se elegirán democráticamente para que todos pasen alguna vez por la bandera?
– Todos tienen derecho a pasar por la bandera. La institución puede decidir que a la bandera nacional o de La Pampa, en un acto la lleven unos alumnos y en el siguiente otros distintos. No estamos diciendo de no portar el símbolo, pero no con criterios de mejor promedio porque somos conscientes de los contextos de desigualdad de aprendizaje. En un paradigma inclusivo cada uno tiene un valor para dar y todos tienen el derecho de portar la bandera.
Paradigma inclusivo.
Asimismo, la subsecretaria aseguró que son «rituales que están muy instalados en las escuelas, que son históricos». «Vamos respetando tiempos porque está arraigado socialmente y hay que seguir trabajando en el paradigma inclusivo», añadió. «En un proceso de evaluación formativa, no podemos decir que el mejor promedio o mejores calificaciones son para portar la bandera, más allá que se tenían en cuenta otros criterios», desarrolló.
Pero insistió en que «el objetivo es que todos los alumnos estén con la bandera, no solo un grupo» y manifestó que «está permitido que la bandera esté en su pie» mientras se lleva adelante un acto.
Evaluación formativa o ciclada.
La subsecretaria explicó que esta decisión es consecuente con la evaluación formativa «que incluye un proceso permanente de construcción de conocimiento». Este tipo de evaluación quiere decir que «la nota es una herramienta al final del recorrido» o del ciclo, mientras tanto se toman en cuenta evaluaciones de tipo cualitativo, por ejemplo si los estudiantes hicieron la tarea, si participan en el aula. Por su parte la evaluación ciclada es que la nota numérica aparece al final del ciclo básico u orientado.
«En el nivel secundario lo que definía era la nota y la nota sigue estando pero al final del ciclo. La evaluación ciclada o formativa es la evaluación procesual, es la construcción del conocimiento de forma permanente, todos los días, donde se van viendo los procesos de aprendizaje del alumno», indicó y expresó que «requiere de un fuerte trabajo del docente porque hay que analizar día por día» y que por ello durante este año se realizaron capacitaciones a directores de colegio y asistentes pedagógicos.
«No va más esto de una prueba escrita única con nota única después de un mes y medio de trabajo porque ese alumno estuvo trabajando y construyendo conocimiento. Tenemos estudiantes con procesos no logrados, y trabajando sobre eso que no está logrando. Lo que estamos proponiendo es una evaluación permanente, continua porque significa reorganizar los saberes dentro de un ciclo básico u orientado, con propuestas interdisciplinarias que impacte en mejores aprendizajes en los alumnos», describió.
Sin embargo, el estudiante debe lograr en cada año determinados aprendizajes y, si no lo logra, hay que acompañarlo en diciembre, febrero o marzo o sino deberá permanecer en el año.
– ¿La nota numérica de cada año no existe más?
– En una planilla pedagógica, se puede observar «aprendizajes logrados», «aprendizajes en proceso» y «aprendizajes no logrados». Esos aprendizajes cuando terminan el ciclo en tercer año, se transforman en una nota. El título sí sale con nota numérica en cada año porque es un Sistema Federal de Títulos, que excede a la organización de la provincia. Es complejo porque rompe con formas de trabajos históricas. Estamos profundizando en el proceso de aprendizaje del estudiante porque la nota puede ser arbitraria, de un momento, y pretendemos que la nota aparezca luego de un proceso permanente de trabajo. La evaluación formativa no es inaugural, lo que sí es inaugural es que sea efectivo.
«El cupo está garantizado».
«La oferta educativa está garantizada», sostuvo la subsecretaria respecto al reclamo de padres de Macachín por el cupo de la EPET. Afirmó que «hay dos escuelas públicas y una privada y que hay vacantes para todos los estudiantes que egresan de la escuela primaria». En tal sentido, explicó que la EPET tiene una capacidad determinada y que los demás colegios están ofreciendo lugares. Asimismo, confirmó que «aquellos que no puedan ingresar a la escuela técnica, tendrán una propuesta profesional».
Fuente: Diario La Arena
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