El presidente Albero Fernández aseguró este jueves que el informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre las condiciones en que otorgó el crédito stand by por 45 mil millones de dólares a la Argentina «es lapidario» y «lo hace responsable» al ex presidente Mauricio Macri.
En un breve intercambio con periodistas, el mandatario dijo confiar en alcanzar un acuerdo con el FMI y señaló que «el informe, teniendo en cuenta que es del Fondo, es lapidario, lo hace responsable (a Mauricio Macri)».
Y completó: «es algo que nosotros ya sabíamos, y se lo contamos al Fondo, y el Fondo en todo caso debió admitir lo que ya decíamos nosotros».
Admitió sin embargo que «no esperaba más del Fondo, el Fondo es el Fondo».
El Directorio Ejecutivo del FMI señaló en su evaluación del crédito otorgado en 2018 a la Argentina que “el programa fue frágil desde el principio”, y subrayó que “el FMI se rindió a los supuestos de crecimiento de las autoridades”.
Los siguientes son los puntos principales de la Evaluación Ex Post realizada por el FMI sobre el crédito que le concedió al gobierno de Macri:
- El programa fue frágil desde el principio, y la estructura de la economía argentina limitó las opciones de política disponibles.
- El problema fundamental fue la falta de confianza en la sostenibilidad fiscal y externa.
- Los problemas estructurales subyacentes que enfrentaba Argentina, en particular la dolarización, la débil transmisión de la política monetaria, una base exportadora estrecha y una capacidad muy limitada del Estado para obtener préstamos internos, especialmente en pesos, significaban que concentrarse en un problema corría el riesgo de empeorar otro.
- Los inversores nacionales y extranjeros estaban atentos a la historia de crisis de Argentina, lo que los hizo notablemente rápidos para pasar de comprar un bono a 100 años a retirar sus fondos.
- La fragilidad se vio agravada por las limitaciones políticas en el diseño de políticas y por la interacción entre la política y la confianza del mercado.
- Las líneas rojas de la administración eliminaron las opciones de políticas que podrían haber mejorado las posibilidades de éxito.
- El FMI se rindió a los supuestos de crecimiento de las autoridades; las proyecciones de crecimiento más realistas, aunque debían presentarse en el Primer Examen, pueden haber beneficiado los debates sobre la estrategia y el diseño del programa.
- Fundamentalmente, los riesgos de una depreciación más pronunciada, y las consecuencias para la inflación y el servicio de la deuda, no se incluyeron adecuadamente en las proyecciones alternativas y la planificación de contingencias en una etapa temprana.
- El incipiente marco de metas de inflación se mantuvo inicialmente, aunque no se cumplieron las condiciones previas para el éxito.
- El programa no contemplaba reformas estructurales más amplias (en consonancia también con la opinión de que el problema inmediato era principalmente un choque de liquidez a corto plazo) y acomodaba medidas fiscales de baja calidad.
- A pesar de la clara comprensión de las experiencias anteriores, y en ausencia de alternativas de política (reconfiguración de la deuda y MFC), el programa terminó con una postura de política procíclica, posiblemente empeorando la fuga de capitales en lugar de impulsar la confianza.
- El programa no cumplió con sus objetivos, a pesar de las importantes modificaciones de las políticas económicas.
- El aumento de los reembolsos, junto con la fuga de capitales de los residentes, ejerció una presión considerable sobre el tipo de cambio. A pesar de las intervenciones cambiarias más allá de las disposiciones del programa, el tipo de cambio siguió depreciándose, aumentando la inflación y el valor en pesos de la deuda pública, y debilitando los ingresos reales, especialmente de los pobres.
- En resumen, el informe concluye que el programa no cumplió con los objetivos de restaurar la confianza en la viabilidad fiscal y externa y, al mismo tiempo, propiciar el crecimiento económico.
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