Si bien se trata de una patología importante, también es verdad que si se la ataca a tiempo se pueden disminuir sus efectos negativos en el organismo y hasta solucionar los inconvenientes que provoca.
Se trata de la infección en cualquier parte del sistema urinario: los riñones, la vejiga o la uretra. Las del tracto urinario son más comunes en las mujeres, aunque las más serias son las que afectan a los riñones. Una infección en la vejiga puede causar dolor pélvico y la necesidad urgente de orinar, el dolor mismo mientras se orina y la sangre en la propia orina. En tanto, la de los riñones puede provocar también dolor de espalda, náuseas, vómitos y fiebre.
Por qué se produce
Suceden cuando las bacterias, con frecuencia de la piel o en el recto, ingresan a la uretra e infectan las vías urinarias. Puede afectar a varias partes de las vías urinarias, pero el tipo más común es el de la vejiga, al que se denomina cistitis.
El diagnóstico
- Análisis de una muestra de orina. El médico puede solicitarla para evaluar -mediante análisis de laboratorio- la presencia de glóbulos blancos, glóbulos rojos o bacterias. Para evitar la posible contaminación de la muestra, te pueden indicar que primero limpies la zona genital con una compresa antiséptica y recolectes la orina en la mitad de su curso.
- Cultivo de las bacterias de las vías urinarias en un laboratorio. Luego de los análisis de laboratorio, a veces, se hace un cultivo de orina que le revela al médico qué bacterias están causando la infección y qué medicamentos serán los más efectivos.
- Creación de imágenes de la vías urinarias. Si el especialista piensa que las infecciones que has tenido con frecuencia pueden deberse a una anomalía en las vías urinarias, puede pedirte una ecografía, una tomografía computarizada o una resonancia magnética. También es probable que utilice una sustancia de contraste para resaltar las estructuras de las vías urinarias.
- Uso de un endoscopio para observar el interior de la vejiga. El doctor puede realizar una cistoscopia mediante una sonda larga y fina provista de una lente (cistoscopio) para observar el interior de la uretra y la vejiga. El cistoscopio se introduce en la uretra y pasa hasta la vejiga.
El tratamiento
- Trimetoprima/sulfametoxazol (Bactrim, Septra u otros).
- Fosfomicina (Monurol).
- Nitrofurantoína (Macrodantin, Macrobid).
- Cefalexina (Keflex).
Cómo combatirla
- Tomar mucha agua porque ayuda a diluir la orina y a expulsar las bacterias.
- Evitar las bebidas que puedan irritar la vejiga como el café, el alcohol y los refrescos que contengan jugos de cítricos o cafeína hasta que la infección haya desaparecido. Pueden irritar la vejiga y tienden a agravar la necesidad frecuente o imperiosa de orinar.
- Usar una compresa térmica tibia (no caliente) sobre el abdomen para reducir al mínimo la presión o la molestia en la vejiga.
Fuente: El Destape
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