Para que esto pueda realizarse, las autoridades sanitarias de Uruguay deberían tener la autorización del Ministerio de Salud de la Nación para que la conductora pudiera ingresar al país con un cuadro de COVID-19 positivo.
Pero, por otro lado, la operatividad de eso dependería de conseguir una cápsula de aislamiento para el traslado de pacientes con problemas respiratorios. Dichos prototipos fueron dados a conocer en mayo de 2020 por el Gobierno Nacional y fueron diseñados al comienzo de la pandemia, aunque ya existían otros modelos en el mundo.
El creador de las cápsulas que tiene el Gobierno argentino fue Alejandro Alascio, un ingeniero que contó con el asesoramiento de especialistas en emergentología para diseñar y construir este dispositivo, que permitió cubrir las necesidades de los profesionales más expuestos al contagio.
La cápsula tiene diferentes aberturas para el manejo de la vía aérea, administración de suero y la realización de reanimación cardiopulmonar (RCP). En su presentación, desde el Ministerio de Salud de Tucumán, de donde es oriundo Alascio, aseguraron: «Se llevaron adelante de acuerdo a las necesidades del sistema sanitario y eso permitió obtener un producto que será útil para el traslado y asistencia de estos pacientes, ya que se puede incluir un respirador de ser necesario».
El modelo argentino de esta cápsula surgió de diversos cambios aplicados sobre la base de la Iso Chamber internacional que se emplea a nivel mundial, pero que reviste elevados costos, ya que antes de la pandemia tenían un precio de mercado de 5.000 dólares, pero desde la aparición del coronavirus el valor se incrementó hasta cinco veces más: a cotización actual, estaríamos hablando de tres millones de pesos argentinos. Por lo que el costo final de un traslado privado oscila entre los 100 mil y los 300 mil pesos.
Deja tu comentario!