Los audios
El patrón en los audios de esta onomatopeya les permitió a los investigadores seguir el rastro de Ruiz y el resto de los espías -que al igual de los narcos que están investigados en la trama- utilizaban celulares prepagos y cambiaban los números con frecuencia. Algunas comunicaciones las mantenían con teléfonos identificables y otras con números sin identificar para que no pudieran ser rastreados. Villena secuestró en los allanamientos una bolsa de consorcio llena de ese tipo de aparatos.
Lo que no modificaban con tanta frecuencia eran aparatos, cada uno identificado con un número determinado de IMEI más allá de que le cambiaran los chips. Eso permitió a la Justicia tener otro punto de anclaje para poder seguir a la compleja organización. Cuando se mencionaba “ojeeem”, Ruiz hablaba. Eso lo sabían todos los integrantes de la organización. Y la que también sabía ese “código” era Martinengo. La funcionaria había sido secretaria de Macri en el Gobierno de la Ciudad. El juzgado de Villena, con el avance de la causa, extremará el celo en el resguardo de la información con el objetivo de obturar cualquier filtración. Todavía debe completar el ciclo de visitas de las víctimas convocadas en la primera tanda -que esta semana tendrá a Hugo Moyano, Nicolás Massot y Emilio Monzó como los más destacados-, pero también preservar la seguridad de todos los que ya han declarado como testigos. Entre espías y penitenciarios, la trama y su peligrosidad no son para subestimar. Como ya adelantó este diario, en las cárceles no solo se encontró “cableado” compatible con la instalación de sistemas de espionaje en celdas y salas de abogados, también se encontraron micrófonos. Habrá una faceta pericial ineludible para no cometer errores procesales: todo eso debe ser estudiado, lo mismo que las comunicaciones telefónicas y audios. La causa acumula varios cuerpos y tiene por delante meses de trabajo, todavía.
Araque concurrió a Casa Rosada el 15 de mayo de 2018 y mantuvo una reunión de dos horas (hasta su salida formal) con Martinengo. El 8 de julio tiene otro ingreso a ese mismo despacho por poco menos de dos horas. El 6 de septiembre ingresó a las 14 y figura saliendo a las 23.59. ¿Este registro es correcto o la realidad es que nunca se asentó su salida y para que no quede anomalía figura saliendo el último minuto de ese día? El 1 de noviembre, Araque llegó a las 14.24 y se fue a las 16.23. En diciembre de ese año, volvió pero con Sáez (que era de inteligencia penitenciaria) y ese encuentro duró tres horas. Cuatro días después, regresó. El 9 de enero de 2019 concurrieron a ver a Martinengo Araque, Sáez y Melo, el abogado que para ese entonces ya había reclutado al narco Sergio “Verdura” Rodríguez para la operación “sustooo” y el medio kilo de trotyl frente a la casa de José Luiz Vila. Eso había ocurrido el 6 de julio de 2018.
El 18 de enero, Araque y Melo regresan a verla a Martinengo. El 29 de ese mes, Araque registra otro ingreso al despacho de Documentación Presidencial. El 6 de marzo llegó otra vez acompañado por Sáez. El juzgado tiene confirmado los ingresos a Casa Rosada. Melo declaró ante la Comisión Bicameral de Seguimiento de Organismos de Inteligencia que reportaban la información a Martinengo. Araque confirmó ante la Justicia que Ruiz le encargó “misiones”, entre ellas espionaje en el Instituto Patria. Melo también dijo que dependía de Ruiz. Todos aparecen interactuando con Martinengo.
Si fuese una película, la acción se habría trasladado de la calle y las sórdidas oficinas de los espías a apenas unos pasos del despacho del expresidente Macri.
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