Emma Beatriz Ríos (53) relató el drama que vive, a punto de sufrir un desalojo de una vivienda del barrio Santa María de La Pampa que compró a una adjudicataria del IPAV. Pagó unas 80 cuotas. Se la devolverían a la vebndedora.
Ahora la Justicia confirmó el fallo que ordena el desalojo
La casa está en la calle Convención Provincialista. Es la Nº 319. Ríos padece lupus. Es trabajadora doméstica. Desde el año 2013, cuando le compra la vivienda a Irma Santillán, ocupa la casa.
“Tengo una hija embarazada, un hijo desocupado y yo sufro de lupus”, dijo Ríos. “Hay muchas irregularidades por parte mía, del IPAV y de la vendedora. Pero los platos rotos los pago yo”, dijo.
La compra fue realizada mediante dos pagos. Uno de 10.000 pesos, el 6 de marzo de 2013, y otro de 55.000 pesos, el 11 de marzo de 2013.
Desde esa fecha pagó las cuotas de esa vivienda. “Me la daban todos los meses. Por la ventanilla. Pagué unas 80 cuotas. Nunca me la negaron”, dijo.
En el año 2018, en el mes de febrero, Irma Santillán intentó recuperar la vivienda. “Se metió de prepo, mientras estaba mi hijo. Entraron 11 personas”, explicó. La vendedora le inició el juicio de desalojo.
En primera instancia y en la Cámara de Apelaciones le dieron la razón a Santillán. “Pero nadie se interesó por saber lo que pasó. Porque yo cometí un error al comprar, pero también sufrí una estafa”, dijo Ríos.
“Para que se entienda lo que pasa en esta situación es que en una audiencia, ante la jueza Fabiana Berardi, ella (Irma Santillán) me pidió más plata para llegar a un acuerdo. Yo no tenía, estaba desocupada y no hubo un arreglo”, detalló Ríos.
Uno de los reclamos que Ríos realiza al IPAV es que nunca intervino ni se interesó en el conflicto. “Por un lado me daban las cuotas para pagar, pero después no me atendieron la puerta. Ni la gestión anterior, ni esta”, señaló.
Ríos considera que hay condiciones para la “desadjudicación”. “El IPAV mira para otro lado. Hay una adjudicataria que vende la casa, no paga las cuotas, firma una cesión de derechos, pero no tiene ninguna sanción”, explica.
“He sido estafada por una persona que parece que el IPAV y la Justicia amparan”, se quejó Emma Ríos.
Confesó que “sufro la desesperación de que en pocos días voy a quedar en la calle y la impotencia de no poder ser escuchada me lleva a hacer esto. Mantengo la esperanza de llegar a la sensibilidad humana para que pueda considerar una vía de solución para este drama que estoy viviendo”, dijo Ríos.
Fuente: El Diario
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