Los británicos le ganaron agónicamente a Túnez por 2-1, con un doblete de su capitán.
La renovada Inglaterra de Gareth Southgate se presentó en Rusia 2018 con el objetivo de poner fin a una racha de casi ocho años sin ganar en una Copa del Mundo y lo logró.
Con un agónico triunfo 2-1 ante Túnez se sacó de encima la presión en un partido que finalmente fue más difícil de lo que parecía. Y lo lograron gracias al doblete de Harry Kane, quien marcó un tanto en el tiempo adicionado.
Inglaterra dominó en el arranque y así plasmó su superioridad. John Stones cabeceó un tiro de esquina e hizo lucir al arquero Hassen, pero Harry Kane capturó el rebote y empujó la pelota para el 1-0 a los 11 minutos. Para desgracia de Túnez, esa innecesaria pero sensacional tapada le provocó una lesión al arquero que tuvo que ser sustituido por Farouk Ben Mustapha.
A los 32 minutos, cuando todo parecía controlado por los de Southgate, Kyle Walker le dio un codazo a Be Youssef y el árbitro colombiano Wilmar Roldán pitó penal. Ferjani Sassi lo cambió por gol y estampó el 1-1.
Tras el tanto, Inglaterra contó con un puñado de situaciones que pudieron haber puesto nuevamente en ventaja a los europeos. Pero la mala fortuna y la falta de puntería hizo que el primer tiempo finalice en empate.
El segundo tiempo siguió con la misma tónica, aunque Túnez se cerró en el fondo e Inglaterra no encontraba ni espacios ni variantes con el ingreso de Rashford. Hasta que en el primer minuto de descuento, tras un córner, la defensa tunecina dejó insólitamente solo a Kane que cabeceó en soledad para estampar la diferencia final.
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