Es conmovedora la carta en la que uno de los hijos de Rubén Trotta, atropellado en la Avenida Perón en 2015, relata la experiencia vivida durante tres años fuera de su casa.
Después de tres años de recuperación en una clínica de Buenos Aires, Rubén Trotta (57) -un ciclista que fue atropellado en la avenida Perón el 20 de junio de 2015 y peleó durante varios meses por su vida- regresará a Santa Rosa para seguir su recuperación.
Su hijo Diego publicó una emotiva carta en la que expresa su alegría por la recuperación de su padre. Este martes 12 de junio volverán a la capital pampeana para seguir su recuperación en FAERAC. Harán una caravana desde el Parque Caídos en Malvinas hasta ese centro privado, donde permanecerá dos o tres días (para estudios clínicos de referencia) y luego será trasladado a su hogar.
“No queremos llegar solos a la clínica porque nunca estuvimos solos, esto lo hicimos todos juntos, desde el amor, las buenas intenciones, la empatía, el cariño, el buen deseo, somos muchísimos los que pusimos un granito de arena para que papá pueda revertir un cuadro que durante mucho tiempo se supuso iba a ser irreversible”, escribió Diego en las redes sociales.
En el juicio quedó probado que el 20 de junio de 2015, a las 12:30, el conductor Néstor Roseo colisionó con la parte frontal de su vehículo, un Renault 18 tipo rural, a una bicicleta marca Fuji en la que circulaba Rubén Trotta por la avenida Perón. El siniestro ocurrió a las 12:30 sobre la avenida Perón al 3.100.
Antes y después
“¿Papá está igual que antes? No, no es el mismo de antes. Tiene sus necesidades y no hay que mentir ni mentirse en estas situaciones, porque eso daña. No obstante, es una persona que se encuentra apta para disfrutar de muchas cosas, que cuando alinea planetas logra hablar, cuando habla evidencia aciertos y errores, recuerda con certeza situaciones y otras no, pero respira, mira, y sobre todo siente”, afirmó.
“La internación domiciliaria que nos espera es la que he deseado, en eso también estuvo la banca de cada uno que leyó y compartió mis enérgicos reclamos, de cada uno que aportó desde su lugar”, aseguró. Agradeció al abogado Fernando Gutiérrez, “quien como letrado dio fuerza y consistencia a mis profundos y amplios argumentos a la hora de pretender un servicio acorde para nuestro regreso”.
“¿Qué es importante ahora? Darle amor, paz, alegría y confianza, que disfrute la vida, su casa, sus amistades, sus nietas, hija, vecinos, amigos, compañeros de trabajo, familia, todo lo que esté al alcance, con el mayor optimismo, mientras a su vez seguimos trabajando para rehabilitar el máximo posible”, afirmó.
Agradeció a sus familiares de San Miguel.
“La banda de La Pampa, la gente de siempre, la del pueblo, el vecino, el amigo, a ellos les digo que el calor siempre se sintió, que el aliento y sus palabras, sus gestos, fueron energía continua para rearmarse cada día. También personas que no conocíamos y con las que hoy tenemos un vínculo desde un episodio de vida tan excepcional. Desde distintos puntos de la provincia y del país recibimos apoyo masivo, esas cosas quedan marcadas y nunca van a borrarse”, expresó Diego Trotta.
“Cada día compartido, anécdotas como dos millones más o menos, ja ja, de todo tipo y color, porque vivimos, porque fuimos intensos, pusimos mucha pasión, fuimos ese cuarteto con el que decoramos musicalmente la habitación, fuimos las charlas, fuimos los mates, fuimos las risas, fuimos los llantos, fuimos el dolor pero también el resurgir, fuimos comunión porque todos nos buscamos en estas situaciones y formamos la manada, esa manada que no dejó a nadie solo, que el sufrimiento de uno lo hace de todos, y la alegría siempre fue conjunta; excedimos los libros, la realidad superó a la ficción, estas historias son increíbles y, ¿saben qué? ¡Vale la pena!”, escribió el hijo del ciclista accidentado.
“Queremos seguir con una vida alegre, entusiasta, queremos ver a quién podemos ayudar, queremos mejorar nuestros defectos y falencias, queremos más, y vamos a buscar más, porque estamos dispuestos a levantarnos una y mil veces cuando sea necesario”, dijo.
“Por último, y muy personal, quiero agradecerle a mi viejo por como se dejó acompañar, no le puedo pedir más nada, casi tres años afuera de su casa, y es el quien sintió dolor en su cuerpo, yo lo que hice es nunca perder el ejercicio de ponerme en su lugar, en su cama, en su silla. Ojalá lo hubiera podido llevar antes a La Pampa, pero colocarlo adentro de su casa sin las condiciones que precisa era regalar su sacrificio y exponer su vida, lo que este hombre hizo cada día quedará tatuado en mi alma, se reinventó siempre, generándome un orgullo gigante”, afirmó.
El Diario de La Pampa
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