Ana Laura Alvarez vivió en Santa Rosa y actualmente reside en Bariloche. Descubrió a los 18 que era adoptada. Encontró su identidad después de una búsqueda desesperada.
En enero de este año publicó su historia por las redes sociales, un pedido de ayuda para encontrar su identidad. Hacía veinte años, a los 18, había descubierto el secreto de que era adoptada y no conocía a sus padres biológicos. Finalmente, antes de las fiestas navideñas, Ana Laura Alvarez consiguió lo que tanto anhelaba, aunque con un sabor agridulce.
“Está a punto de terminar otro año. Esta vez con buenas y malas noticias. La buena… encontré a mi madre biológica (es de Santa Rosa), gracias a la ayuda de un montón de gente buena que me ayudó en mi búsqueda. La mala… lamentablemente ella no quería encontrarme y no puso nada de su parte para que nos demos una oportunidad. Así que me rompió el corazón por milésima vez”, contó este viernes en Facebook.
Ana Laura no pierde la esperanza. “En fin, de todo lo malo, siempre se puede sacar algo bueno y es que tengo hermanos y tal vez ellos, cuando sepan que existo, estén dispuestos a que nos demos la posibilidad de conocernos y ver que pasa”, reflexionó.
“Como todo pasa por algo, y soy una persona positiva, me siento igual feliz porque por lo menos supe la verdad después de 39 años y estoy tratando de sacar lo mejor de esto. Gracias a todos los que me ayudaron y compartieron mi historia. Gracias a mis hijos Dani y Abru, y mi amor Leo, que siempre están para mi. Y por supuesto gracias a todos”, completó.
El Diario se hizo eco de la búsqueda desesperada para hallar a sus padres biológicos que lanzó a través de las redes sociales el último 11 de enero. Ana Laura Álvarez denunció en ese momento que fue asentada como hija propia de una pareja en el Registro Civil de Santa Rosa en el año 1977, en plena dictadura militar, en un procedimiento irregular. Sus padres adoptivos vivían en Buenos Aires y viajaron hasta la capital pampeana para buscarla.
Descubrió que había sido adoptada en forma secreta recién a los 18 años, luego de que los que creía sus padres ya habían fallecido. Como sospechó que podría ser hija de desaparecidos, se hizo un análisis de ADN a través de Abuelas de Plaza de Mayo, hace diez años, pero el examen dio resultado negativo. En las redes sociales acusó a sus padrinos de haber participado en una “negociación” para su entrega, aunque, consultados, estos negaron haber participado en una maniobra ilegal.
Juan Carlos Cavallotto, un conocido vecino de la ciudad -expresidente de la Comisión Vecinal del barrio Aeropuerto-, y su mujer, Alicia Martínez, confirmaron la historia de vida de la mujer. Contaron que Ana Laura vivió con ellos en Santa Rosa después de la muerte de los padres adoptivos, Juan Carlos Álvarez y Francisca Esther Cavallotto. Entre los 11 y los 18 años, la chica vivió con sus padrinos, en Santa Rosa. Pero luego se fue de la casa. En una visita a los Cavallotto, en Santa Rosa, Alicia Martínez terminó confirmando las sospechas de la joven sobre el ocultamiento de la identidad por parte de su cuñada y el esposo.
Tiene 39 años y actualmente vive en San Carlos de Bariloche. Ana Laura publicó en su muro fotografías en las cuales se la observa en brazos de sus padres “adoptivos”, de sus padrinos y en la ceremonia de bautismo. Además, difundió una imagen del documento de identidad de los ocho años, donde aparece asentada como “Ana Laura Álvarez Cavallotto”, con fecha de nacimiento del 23 de noviembre de 1977, en Santa Rosa, y domiciliada en la calle Las Lajas, de General Rodríguez. En los datos de su biografía cuenta que estudió en la Escuela Normal de Santa Rosa y que actualmente reside en San Carlos de Bariloche.
En aquel momento, difundió fotografías suyas de pequeña y una actual, con un pedido de auxilio: “Esta soy yo hoy. Si te parezco parecida a alguien de tu familia, o a algún amigo conocido, no dudés en ponerte en contacto conmigo”. También publicó: “Mamá, te estoy buscando desde hace mucho tiempo, no sé si sabés que estoy viva, si me diste o qué pasó. Pero realmente no me importa, no tengo ningún reclamo ni reproche. Lo único que quiero es conocerte, saber quién soy y de dónde vengo, si tengo más familia, hermanos, papá, abuelos”.
Fuente: El Diario de La Pampa.
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