Este viernes nos enteramos de la repentina quiebra de SOL -empresa que estaba aliada estratégicamente con Aerolíneas- a raíz de la decisión del ministro macrista, con la excusa de que no era rentable para el Estado.
Pero esta polémica decisión abrió el campo para analizar qué pasará después, ya que según se sabe, la alianza se realizó para poder cubrir necesidades con las que antes Aerolíneas no contaba y parece que las cuentas cerraban perfectamente. Por lo tanto, se supone a que todo pasa por una decisión política.
Incluso, el propio Mariano Recalde, ex titular de la empresa, aseguró este mismo viernes luego de conocer la noticia, que «están mal informados» porque «se recaudaba mucho más de lo que se desembolsaba en el marco de la alianza».
Según Recalde: «SOL le servía a la línea de bandera como complemento, y permitía llegar a destinos con poca demanda con aviones más pequeños».
Tal como marcan algunos medios como, Enorsai, por ejemplo, esto puede ser el inicio de la reprivatización de Aerolíneas Argentinas. ¿Los indicios? La propia palabra de Guillermo Dietrich.
El ministro de Transporte de Macri, utilizó las mismas excusas que se usaron en la época menemista para privatizar la empresa, como también muchas otras estatales que fueron vendidas al mejor postor.
Todos recordamos las palabras del periodista, Bernardo Neustadt cuando repetía que el sistema ferroviario le costaba un millón de dólares por día a los argentinos. «No es rentable», es el discurso previo a la venta.
Pero no es el único punto a tener en cuenta, ya que al frente de la aerolínea de bandera, Macri nombró al exCEO de General Motors, en la que se encuentra nada más y nada menos la otra aerolínea privada, LAN.
Seguramente, de cancelar estos destinos que estaban en manos de SOL, por lo tanto, de Aerolíneas, LAN ocupará su lugar e incrementará viajes en su ya extensa flota.
Todos están de acuerdo con que el macrismo está preparando el terreno para volver a privatizar la aerolínea de bandera, que estatizó el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
La preocupación surge porque Aerolíneas es uno de los casos, ya que hay muchas otras empresas estatales que podrían empezar a reprivatizarse. Ya sabemos lo que opinó Macri durante toda su vida (que solo cambió repentinamente en campaña). Que la privatización es una política exitosa e inevitable.
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