El pastor Orlando Gabino Lara estuvo diez días detenido por violar la prohibición de acercamiento a su esposa. Ahora, el juez de Control, Mauricio Piombi (foto), lo liberó con una restricción más severa.
El juez de Control, Mauricio Federico Piombi, dispuso este viernes la libertad del pastor Orlando Gabino Lara, que permaneció diez días presos. El juez le impuso una restricción de acercamiento y de ingreso a Eduardo Castex, en el marco de la causa en la que está acusado de la comisión del delito de amenazas simples en perjuicio de su esposa. Lara es el pastor denunciado por la mujer hace dos meses por haberla sometido “física, psicológica y sexualmente” durante 19 años.
En la nueva causa se le atribuye a Lara haber amenazado a la mujer el pasado 9 de noviembre pasado, a las 7.50 horas, en Castex, cuando ella iba hacia su trabajo. Presuntamente él, que había fijado domicilio en General Pico, le dijo: “Le diste mi número a la policía, vas a ver la paliza que te voy a pegar, te voy a matar, te voy a llevar al cementerio”. En ese momento el imputado tenía dictada una orden de restricción de acercamiento y contacto hacia la víctima y su domicilio hasta la finalización de la investigación principal.
Lara, de 37 años, fue detenido ahora el 25 de noviembre. El juez de control, Néstor Daniel Ralli, tuvo por formalizada la investigación fiscal preparatoria por amenazas simples y ordenó la detención preventiva por diez días (plazo que vencía este sábado) por entender que “habría violado la restricción de acercamiento y que, en caso de recuperar la libertad, persistirá en su accionar respecto víctima”. Además, en esa oportunidad, ordenó que se le realice el examen mental obligatorio.
Este viernes, en la audiencia de reexamen de la medida de coerción, el fiscal Marcos Hernán Sacco solicitó que se le mantuviera la prisión preventiva por otros cinco días porque restaba efectuarle el examen mental por parte del médico forense psiquiatra. El defensor oficial, Pablo Andrés De Biasi, se opuso al planteo y requirió, en forma subsidiaria, que se le prohíba el ingreso a Eduardo Castex y se lo obligue a fijar domicilio en General Pico por el término de cinco días o mientras dure la investigación.
Frente a esas posturas, Piombi resolvió imponerle a Lara una restricción de acercamiento e ingreso a la ciudad de Castex y estipuló como regla de conducta que deberá presentarse cada 72 horas ante la comisaría que tenga jurisdicción en General Pico, a los fines de un control en relación al domicilio fijado. A su vez dispuso mantener la restricción absoluta de acercamiento y contacto a menos de 200 metros de su esposa y de su domicilio.
Lara es el hombre al que se le atribuye haber sometido “física, psicológica y sexualmente” a su esposa durante 19 años. Luego de estar detenido 18 días, el 5 de octubre, Piombi ya había ordenado su libertad durante otra audiencia de reexamen y, a pedido de Sacco, había establecido la restricción de acercamiento por 90 días.
Aquella vez el imputado había permanecido con prisión preventiva desde el 17 de septiembre –ese día fue formalizado por amenazas simples en el marco de la ley de violencia de género– porque un día antes había sido detenido por desobedecer la restricción de acercamiento que el 24 de julio le había dictado otra jueza de control, María Florencia Maza, ya que había interceptado a su mujer en la vía pública en Castex.
A Lara, en el inicio de la investigación fiscal preparatoria en julio, se le atribuyó haber sometido “física, psicológica y sexualmente a su esposa, agrediéndola físicamente y amenazándola con agresiones físicas a fin de mantenerla dentro de su casa, impidiéndole tener vida social y salir ella sin su compañía; hechos que se vienen sucediendo desde el comienzo de la relación de pareja hace 19 años y que se han acrecentado en el último tiempo”.
El caso
En su momento, la víctima, Belén Montiel, contó a El Diario: “Me empezó a pegar hace 19 años, cuando nació mi primera hija”. Desde entonces, Belén apunta a que los familiares de él le ayudaron a tapar toda la historia de violencia.
Orlando Lara es pastor de la Iglesia Asamblea Apostólica. Junto a otros pastores, es encargado de la prédica en las reuniones que realizan en diferentes puntos del país. También participó de reuniones en Chile.
En todos estos años, nunca pudo estudiar. “La tortura era psicológica. No me dejó terminar el secundario: me anoté, pero todos los días, cuando iba a salir para estudiar me preguntaba para qué me iba, por qué salía”, relató. Lo mismo sucedió con un curso de diseño gráfico que el propio Lara pagó: “Cuando empecé a cursar, todas las veces que iba a salir, me decía por qué me iba. Tuve que dejar el curso”.
La violencia física alternaba con la violencia psicológica. “Hubo agresiones. Pero después cuando me perseguía, en la casa me hablaba, me denigraba. No podía parar con eso”, contó la mujer. Dijo que cuando estallaban las crisis, la perseguía hasta cuando salía a dejar la basura. “Eso es así. Me seguía y me hablaba cuando iba a dejar la bolsa de la basura. Todo psicológico”.El caso de Belén Montiel salió a la luz cuando el miércoles pasado, un vecino llamó a la Policía.
Cuando le preguntaron lo que ocurría, aunque hablo que estaba en un proceso de separación, reveló el maltrato. Belén Montiel relató que vivía aislada, sin contactos con amigas y familiares. Aunque sus hermanas le regalaban celulares, Lara se los rompía para mantenerla aislada.A partir de allí, la Justicia inició un operativo para contener a la mujer y a las hijas.
diario de la pampa
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