Uno de los «acreedores de los Calamari» -Sergio Bertello, dueño de una concesionaria de motos- contó en una entrevista con El Diario cómo los chicos de la familia, Junior y Agustín, se le acercaron, crearon un lazo de amistad y de confianza. Le pidieron plata y después no se la devolvieron.
Sergio Bertello le reclama a Calamari una cifra que ascendió 2,2 millones de pesos y que aun no pudo recuperar, en medio de la debacle financiera y económica del mayor concesionario de autos de la provincia.
Bertello, revisando lo que pasó y la forma en que se acercaron los Calamari, aseguró: “se hicieron los amigos y me sacaron plata”. Primero fue Junior, quien comenzó a estar más cerca, y después Agustin. “Me invitaban a cenar a la casa, nos sacábamos selfies…Todo eso hicieron”, relató.
Bertello conoció la casa de la esquina de Julio Verna y Selva, la mansión que los Calamari construyeron en Villa Amalia. Compartieron mascotas, y jugaron a la play. Le prometieron que le devolverían ese dinero con la venta de la sucursal de 9 de Julio de la concesionaria.
Bertello asegura que son muchos los estafados. Les pide que hablen. Y que el affaire Calamari “recién empieza”.
La deuda de Miguel Calamari con el sistema bancario asciende a 63 millones de pesos con 10 entidades bancarias. Además tienen 182 cheques voladores por 17,5 millones de pesos de los cuales en la actualidad pagó 32. Los últimos pagos fueron del 4 de septiembre.
Pero a la hora de hablar públicamente el empresario santarroseño le echó la culpa de sus deudas al juicio laboral que perdió contra una empleada (por maltrato laboral) por el que la jueza Maria del Carmen García lo condenó al pago de 800 mil pesos y le embargó tres cuentas.
Fuente: ElDiarioDeLaPampa.com.ar
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