En las últimas semanas se recibieron numerosas consultas referidas al porqué un vecino de esta ciudad permanece en libertad, luego que en abril fuera condenado a cinco años y seis meses de prisión, por haber sido encontrado responsable de “robo en despoblado y en banda y resistencia a la autoridad” y por otro hecho caratulado “robo en despoblado”. Se hace necesario aclarar que la primera sentencia fue dictada por el juez Florentino Rubio; la misma fue impugnada por el abogado del imputado, doctor Walter Vaccaro.
El 7 de mayo del corriente año el TIP a través de la sala integrada por los jueces Filinto Rebechi y Carlos Flores, confirmó la condena de 5 años y 6 meses de prisión para Mario Albornoz. Una vez más la defensa recurrió el fallo, apeló ante el Superior Tribunal de Justicia y hasta el día de ayer los ministros que lo integran no se habían expedido.
Preocupa en la sociedad la demora en que incurre el STJ y esto también repercute en las filas policiales, toda vez que la tenaz investigación que permitió su detención, no es proporcional a la decisión que debe tomar la Justicia. Más aún, hay sospechas de que en ciertos delitos rurales acaecidos en los últimos tiempos podría haber actuado en forma indirecta.
Uno de los hechos por los que fue juzgado Albornoz, fue caratulado como “robo en despoblado y en banda y resistencia a la autoridad”, tuvo lugar en septiembre de 2012 en un campo cercano a la localidad de Dorila, propiedad del productor Juan Manuel Albizu.
Del lugar fueron sustraídas distintas herramientas y maquinarias que se encontraban en el interior de un galpón; que posteriormente fueron halladas en el interior de una pick up Ford Ranchero que conducía Albornoz por la Ruta Provincial Nº 1.
Una patrulla policial de la División Abigeato que estaba en la zona divisó el paso de dicha camioneta ‘sin luces’ y, ante el peligro que representaba, decidieron seguir al vehículo y demorar su marcha preventivamente.
Lo cierto es que Albornoz, que circulaba junto a otros dos masculinos, se fugó de la Policía y fue perseguido durante varios kilómetros hasta que, en un camino vecinal ubicado entre General Pico y Dorila, un efectivo policial le disparó con su arma reglamentaria a un neumático trasero de la pick up Ranchero, generando que detuviera la marcha.
En realidad, Albornoz y sus acompañantes (no fueron identificados) continuaron la fuga a pie, introduciéndose en un predio rural de altos pastizales donde ‘se perdieron’ de los investigadores que encontraron los elementos pertenecientes al productor Albizu en la caja de la camioneta del posteriormente imputado.
En tanto, el otro hecho de “robo en despoblado” se registró a fines de mayo de 2013 en el predio ‘San Carlos’, que se encuentra en cercanías de la localidad de Vértiz y que pertenece a un ingeniero agrónomo de apellido Boles.
La Policía constató que en el lugar habían forzado un candado que se encontraba colocado en una tranquera, como también aberturas de dos viviendas, para sustraer herramientas, maquinaria y chacinados de un inmueble; y una motocicleta y un arma de fuego de otro lugar.
El primer delito damnificó a Boles y el segundo a un empleado rural de apellido Baigorria.
Albornoz negó la autoría de los hechos imputados en su contra y llegó en libertad al debate oral y público que en abril se desarrolló en Tribunales y que culminó con una condena de efectivo cumplimiento que ratificó el Tribunal de Impugnación Penal, con asiento en la ciudad de Santa Rosa pero que ahora debe confirmar o no el Superior Tribunal de Justicia. Mientras tanto el imputado continúa en libertad y posiblemente cruzándose con quienes fueron sus víctimas.
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