Una mujer de 51 años asegura que su hábito de poner su teléfono móvil en su corpiño todos los días durante una década le causó cáncer terminal de mama, según publica el Daily Mail.
Wendy Holt, de Gran Bretaña, está convencida de que la radiación de su teléfono fue el culpable de su diagnóstico de cáncer, ya que no tenía antecedentes familiares de la enfermedad.
Con su diagnóstico es poco probable que llegue a la edad de 53 años, según le indicaron sus médicos.
«Quiero contar esto para que otras personas dejen este hábito. La gente puede estar en desacuerdo con mi teoría, pero es mi creencia, y no quiero que esto le suceda a nadie más», dijo Wendy.
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